InicioTodoValeriano Weyler y el Holocausto cubano: Historia de un genocidio poco conocido.

Valeriano Weyler y el Holocausto cubano: Historia de un genocidio poco conocido.

Valeriano Weyler y el Holocausto cubano: Historia de un genocidio poco conocido.

Reconcentración de Weyler. Política militar represiva adoptada por el mando militar español en Cuba a partir del 16 de febrero de 1896. Mediante sucesivos bandos se dispuso la reconcentración de la población campesina en determinadas regiones de la Isla.

En 1896 era ya evidente la imposibilidad de acudir a otras salidas reformistas y los insurrectos dominaban de un extremo a otro de Cuba.

Dos generaciones de cubanos dedicaron casi 30 años a obtener la Independencia de su país y una tercera ya se empinaba a seguirla. El Ejército Libertador había llevado la guerra del oriente al occidente y vivaqueaba cerca de la capital.

La reconcentración de la población campesina en las ciudades bajo control de las autoridades españolas la propuso el general Arsenio Martínez Campos, gobernador y capitán general de Cuba, en carta confidencial al presidente del Consejo de Ministros de España, Antonio Cánovas del Castillo, días después de la derrota que sufrieran las fuerzas peninsulares en la histórica Batalla de Peralejo.

Pensaba que ello podría ser la última táctica para aislar al Ejército Libertador de su base social y logística, obtener su debilitamiento y rendición, pero él no creía tener condiciones personales para llevar a cabo tan sanguinaria política.

Martínez Campos tenía fama de militar pundonoroso y conocedor de las características de los insurrectos cubanos por haber organizado las operaciones para combatirlos desde abril de 1895. Advertía que carecía de fuerzas para defender la población si se encerraba en las ciudades bajo control español. Añadía que no tendría alimentos para enfrentar el hambre y la miseria de los reconcentrados y reconocía que tampoco podría impedir que las mujeres y chicos realizaran espionaje en favor de los insurrectos.

Recomendaba finalmente que se le encargase esta misión a Valeriano Weyler, a quien consideraba preparado militarmente y con inteligencia suficiente para aplicar la crueldad que se necesitaba.

No decía de este personaje lo que el corresponsal norteamericano de guerra, Appelyee, escribió sobre él: Era, además,

"hombre mezquino, diminuto en todo concepto, acorchado y fruncido, ganoso de fama inmortal sin darle importancia a que su prestigio huela a rosa o a estiércol".
Política represiva de exterminio
La Reconcentración de Weyler fue una medida de extrema de violencia puesta en vigor a instancias del gabinete conservador de Cánovas del Castillo, dictada a través de varios bandos por Valeriano Weyler. Tenía como objetivo impedir que la población campesina cooperara con el Ejército Libertador, aunque ello implicara su exterminio por el hambre y la peste.

Según las fuentes consultadas, las medidas adoptadas consistieron en un conjunto de exigencias contra las personas que vendieran, proporcionaran o guardaran armas a los insurrectos, o facilitaran caballos o cualquier recurso de guerra, e incluso contra aquellos que difundieran noticias favorables a la insurrección que había comenzado el 24 de febrero de 1895 o condenatorias en alguna forma del colonialismo español. Weyler estableció, además, la permanencia de personas, animales y recursos de todo tipo en los poblados fortificados y custodiados por las fuerzas españolas o en sus alrededores, con vistas a privar de ellos a los patriotas insurrectos.

Para la reconcentración estableció un plazo de 8 días. La bárbara medida causó la muerte a entre 200.000 y 300.000 personas, y provocó el deterioro total de la agricultura cubana, sostén principal de la población de Cuba.

Testimonios de un genocidio
El historiador Raúl Izquierdo Canosa, autor de valiosas investigaciones sobre esta etapa de lucha del pueblo cubano, relata:

Cuando en los difíciles días de 1897 el alcalde municipal de Guines visitó a Weyler para exponerle las terribles condiciones en que se encontraban los reconcentrados en esa villa y solicitarle algunas raciones para impedir que continuaran muriendo de hambre, éste le respondió: "¿Dice usted que los reconcentrados mueren de hambre?" Pues precisamente para eso hice la reconcentración.

Imágenes de las consecuencias de la Reconcentración de Weyler
El hambre extrema, la penuria, las enfermedades, entre ellas la malaria, hicieron fuertes estragos en la población campesina, pero también de las ciudades, durante los años 1896-98, pues los alimentos no alcanzaban por el brusco descenso de la producción agraria, principal fuente de alimentación, y las consecuencias que ello trajo en la salud de la población nativa y de los peninsulares y canarios residentes.

Según el coronel médico Horacio Ferrer, del Cuerpo de Sanidad Militar del Ejército Libertador, Cuba perdió en los tres años y medio que duró la lucha medio millón de habitantes, más de la cuarta parte de su población total, ascendente entonces a 1 572 845 habitantes.

La Historiadora Edith Santos Montejo autora de varias publicaciones referidas a la historia de la localidad expresa:

"Esos crimenes que todavía aparecen en muchos paises, principalmente en África como consecuenia de la explotación neocolonial y el cambio climático deben ser eliminados, porque estamos seguros de que un mundo mejor es posible."

El artículo Crimen Horrendo en Cacocum es muestra de esa barbarie cometida en nuestro país.

Fracaso evidente del sistema español
A pesar de la crueldad y los estragos causados por estas medidas, Weyler no pudo frenar el desarrollo impetuoso de la guerra. Las filas del Ejército Libertador continuaron nutriéndose y sus jefes, oficiales y tropas adoptaron nuevos métodos de subsistencia que les permitieron continuar la lucha victoriosa por la independencia de la patria.

La brutal política de exterminio aplicada por Weyler no hizo retroceder la marcha arrolladora del Ejército Libertador ni el apoyo del pueblo, en especial de los campesinos, a la causa independentista.

España se vio obligada a sustituirlo en noviembre del año siguiente por el general Ramón Blanco Erenas y a dejar sin efecto la reconcentración, tratando de restaurar el daño ocasionado mediante el establecimiento de un gobierno autónomo, maniobra que ya los independentistas no creyeron y tenían prácticamente derrotada.

El 30 de marzo de 1898, el nuevo capitán general de la Isla, Ramón Blanco Erenas, dictó otro bando militar que derogó los que establecieron la reconcentración, con el objetivo de suavizar la situación y crear condiciones favorables para que la implantación del Régimen Autonómico en Cuba lograse que los mambises depusieran las armas.

El general Máximo Gómez lo dejó claramente definido en carta a Tomás Estrada Palma:

"….bien constituida la guerra en toda la isla, a España le es prácticamente imposible pacificar esto, aunque pudiera echarnos encima doscientos mil hombres. Mucho menos es, locura o necedad pretenderlo, contando con los restos enfermos y cansados que el ejército de Weyler ha dejado junto con las deudas por herencia a Blanco".
Fuentes
Izquierdo Canosa, Raúl: La Reconcentración 1896-1897, Ediciones Verde Olivo, La Habana, 1997
Historia Militar en Cuba (1510-1868)
Pérez Guzmán, Francisco: Herida profunda, Ediciones Unión, La Habana, 1998.
Portal Cubahora





Most Popular