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Eduardo Sánchez de Fuentes (La Habana (Cuba), 3 de abril de 1874 – 7 de septiemb

Eduardo Sánchez de Fuentes (La Habana (Cuba), 3 de abril de 1874 – 7 de septiembre de 1944) fue un compositor y escritor cubano. Fue autor de varios libros sobre la historia de la música folclórica cubana. Su composición más conocida es la habanera Tú, escrita cuando Sánchez tenía 16 años. Posteriormente, escribió la música de la ópera Yumurí y del ballet Dioné, el oratorio Navidad y la cantata Anacaona.
En la historia de la música cubana existen pasajes que no se divulgan mucho ─e incluso permanecen prácticamente ocultos─ porque al parecer de los "puristas" o los más "meticulosos", su divulgación propende a menoscabar el oropel de sus protagonistas.
En verdad no siempre resulta así. Las anécdotas bien contadas y sobre todo, bien empleadas, sirven en muchos casos para ubicar en su justa dimensión social, histórica y humana a los personajes que en ellas intervienen.
Uno de esos deliciosos testimonios lo ofreció el escritor cubano Alejo Carpentier, que en 1924 atendió a un músico mexicano llamado Ignacio Fernández Esperón ─conocido entonces como Tato Nacho─ que visitaba la capital cubana.
El famoso compositor mexicano quería escuchar lo mejor de la música folclórica cubana. Entonces Carpentier lo llevó a una ceremonia de iniciación abakuá, sociedad de origen afrocubano, no bien vista por la llamada alta sociedad de la época. Tras presenciar los bailes y cantos litúrgicos, el visitante quedó prendado de lo que vio y escuchó y así lo hizo saber públicamente.
Lo más interesante de esta pincelada vino después, cuando el compositor y musicólogo Eduardo Sánchez de Fuentes reprobó el hecho por considerar que «esa manifestación de la cultura popular era una tara para los cubanos y no debía, bajo ninguna circunstancia, enseñársele a los extranjeros […] y una vergüenza nacional».
El disgusto de Sánchez de Fuentes era consecuencia de los fuertes prejuicios racistas prevalecientes en el segmento socio-clasista al cual pertenecía. De ahí que su pensamiento derivara hacia la tendencia folclorista defensora del antecedente aborigen o indigenista en la música cubana.
Si al autor de la habanera ‟Tú‟ ─catalogada por Alejo Carpentier como el primer hit de la música cubana─ no le cupo la gloria de reconocer y aceptar los «manantiales negros» ─expresión de Fernando Ortiz─ de la música cubana, sí hizo suyo otros méritos notables. Paradójicamente, la habanera ─género que cultivo Sánchez de Fuentes─ expresa la acertada fusión del esquema rítmico africano, con la canción, género musical europeo.
Su conservadurismo en materia musical le llevó a oponerse a la penetración norteamericano en 1922, actitud consecuente con el deseo del nacionalismo cultural burgués de mantener intacta la hegemonía cultural sobre las capas medias de la población, principalmente la pequeña burguesía.
En ese contexto, debe enjuiciarse la denuncia de Sánchez de Fuentes, al «debilitamiento» de la identidad cultural insular provocado por el «influjo de algunos grotescos bailes de nuestros vecinos los americanos del norte».
En otro momento, el autor de bellas canciones como "Corazón", "Mírame así" y "Linda cubana", entre otras, arremetió contra el carácter históricamente absorbente de la música norteamericana en los medios sociales de la burguesía y la pequeña burguesía desde principios de siglo, al decir que «actualmente sólo se baila el danzón que al cabo morirá en las garras multiformes del fox, como murieron el vals tropical y la habanera, en las del antiguo TwoStep».
Otra incongruencia visible entre su afán por encontrar las verdaderas raíces del alma musical cubana y su obra es que, de todos los autores insulares de esa época, es el que mejor refleja la influencia de la música italiana, principalmente la ópera, en sus creaciones. Una de sus composiciones operísticas, “La dolorosa”, es reconocida por algunos especialistas como una de las expresiones más logradas del verismo en América.
Sánchez de Fuentes es considerado uno de los creadores más representativos de los primeros años del siglo XX. Su catálogo comprende casi todos los géneros de la creación musical: ópera, zarzuela, opereta, cantatas, ballet, música de cámara, música sinfónica, piano solo y un significativo número de canciones.
El lied, la habanera, la criolla y el bolero, fueron modalidades de la canción abordadas por el compositor y expresaron un acercamiento de su producción musical al plano de la música popular. El propio compositor planteó: “Es necesario que se haga por nuestros autores una labor de estilización, tomando de nuestra música los motivos más populares, vistiéndolos armónicamente, espiritualizándolos».
No puede pasarse por alto que este polémico músico fue el primer compositor cubano en crear para la danza teatral. Uno de sus grandes éxitos en esta esfera fue el ballet Dioné, estrenado el 4 de marzo de 1940, en el Teatro Auditorium de La Habana, por los entonces bisoños bailarines Fernando, Alberto y Alicia Alonso. La pieza de Sánchez de Fuentes marcó el camino para lo que sería la compañía de ballet clásico de Cuba.


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