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Máximo Gómez y la ingratitud de los cubanos Cuentan que tras la firma del Zanjó – Nostalgia Cuba

Máximo Gómez y la ingratitud de los cubanos

Cuentan que tras la firma del Zanjón, el capitán general Martínez Campos se acerco a Máximo Gómez y le dijo: “Pida general, que hombres como usted son los que necesita este país para levantarse de la ruina en que se encuentra”. El dominicano fue seco y tajante: “Las dádivas se piden a los amigos, y que yo sepa, entre usted y yo, nada. Ante la adversidad sólo le pido un barco que me deje en Jamaica. Así llegó el general al exilio, sin un peso en la bolsa. Para poder dar de comer a su familia tuvo que empeñar la guarda de plata de su machete. Mientras, los cubanos en Nueva York, lo difamaban y hacían correr la voz de que había aceptado una fortuna de Martínez Campos para dejar la guerra.

No fue su primer desencuentro con los cubanos, ni tampoco el último. La vida le sonrió pocas veces y siempre le fue mal en los negocios. Sus antiguos compañeros de armas sólo se acordaron de él en la hora del sacrificio. Ya Martí se lo profetizaría cuando fue a pedir su concurso para la nueva guerra: «Sólo puedo el placer del sacrificio y la ingratitud probable de los hombres”.

Máximo Gómez era un hombre duro y poco dado a la lisonja. Hizo pocos amigos en la guerra y levantó animadversiones y envidias por juzgar en su justo valor a los que poco valían. Por eso sólo cinco delegados lo defendieron cuando la Asamblea del Cerro decidió despojarlo del cargo de general en jefe, e incluso un alto oficial del Ejército Libertador se ofreció “para fusilarlo”.

Más, como él mismo decía, los cubanos no llegan o se pasan y los nacidos en la Isla le dieron un gran entierro. Veinte carrozas acompañaron su cortejo desde la casa de D y 5ta en el Vedado donde falleció hasta el Cementerio de Colón y el pueblo acudió en oleadas a despedirlo.

En la casa donde falleció colocaron un busto suyo y luego la dejaron que se la tragara la miseria. La ingratitud de los cubanos aún sigue acompañando al viejo general Gómez.

Estas son las ruinas de la casa donde murió el General Máximo Gómez.

Localizada en la esquina de 5ta y D en el Vedado se ubica la mansión, donde el 17 de junio de 1905 falleció el General Máximo Gómez. La residencia está en pésimas condiciones constructivas y de infraestructura, víctima del descuido, desinterés y olvido…





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