InicioTodoLa historia del abanico , Inicios del abanico en Cuba.

La historia del abanico , Inicios del abanico en Cuba.

La historia del abanico ,

Inicios del abanico en Cuba.

Con el auge de la burguesía criolla en la Isla, a mediados del siglo XIX, una prenda muy popular entre las damas llegó para quedarse, el abanico. Desde entonces pasó a formar parte del atuendo de jóvenes, damas e incluso de caballeros.

En Cuba, la preferencia por los abanicos generó una competencia entre los importados de Europa y los fabricados en la Mayor de las Antillas por artesanos y decoradores. Esto hizo que los más comprados fueran aquellos que en el país -parte superior del abanico- no poseían decoración alguna, ya que posteriormente se pintaban a mano, bordados o utilizados como autógrafos al ser adquiridos.
El popular accesorio ganó fama en el ajuar cubano en el siglo XIX por la excelente calidad del material con el cual eran producidos, comparándose con los que se usaban en Europa, pero su autenticidad se basaba en el toque de cubanía que sus fabricantes le ponían.

La primera fábrica de abanicos en Cuba fue fundada por el veneciano Bonifacio Calvet y Rodríguez, por la década de 1830, y se ubicó en la calle Cuba número 98.

Variedades de abanicos
En Europa existió un tipo de abanico llamado Barajas, por su diminuto tamaño, combinado solamente por los padrones y varillaje; con la decoración en el centro y de madera, hueso o marfil.

En el país caribeño, este modelo era completamente de carey, el centro de la prenda se decoraba con las iniciales de la dueña en plata y oro acompañado de alguna pintura con amorcillos o angelitos por un solo lado.

Otros estilos y modelos vieron la luz por aquellos años como el Pericón, nombrado así por su gran tamaño que en ocasiones se confeccionó de plumas o de tela y madera, siempre llevando el monograma de la familia.
Pero sin dudas uno de los más populares es el Pai Pai o Flabelo. Es el más sencillo y antiguo. Sus orígenes se remontan a la propia evolución del hombre. Se usa en principio para ahuyentar a los insectos y refrescar un intenso calor. Se compone de un mango y una pieza que generalmente es redonda. En la actualidad, por su fácil confección muchos lo hacen con sus propios medios.
Utilidad
Se dice que posee un lenguaje universal. Curiosamente hasta le han dedicado diccionarios como los publicados en Francia, siglo XVIII e Inglaterra, siglo XIX, aunque cada nación posee sus particularidades, relacionados con el color, la textura, la forma y los movimientos.

En la Mayor de las Antillas, durante una conversación entre dos jóvenes de sexo opuesto, si la doncella abría el abanico y lo mantenía frente a su pecho por un instante, le indicaba al caballero que estaba encantada de verlo. También en las guerras independentistas contra el régimen colonial jugaron un papel importante, pues eran utilizados para enviar mensajes de un lugar a otro, escondidos entre los graciosos gestos de una cubana.

En la actualidad se confeccionan en plástico y decoran en disímiles diseños, pero conservan su importancia y su amplio uso. En el clima caluroso de la Isla es casi un objeto indispensable.
Según teorías de los astros analistas, es buena suerte tener un abanico, pues al moverlo su brisa puede quitar de nuestro camino lo desagradable. Refresquemos, entonces, nuestro derredor, y dejemos que el abanico teja su propio lenguaje.





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