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Voló como Matías Pérez. Se q muchos conocen está famosa frase y quizás la his

Voló como Matías Pérez.
Se q muchos conocen está famosa frase y quizás la historia q la inspiró, El famoso Matias Pérez que por cierto no era cubano, sino portugués.
Matías Pérez fue un sastre y toldero portugués que se trasladó a La Habana, donde comenzó un exitoso taller de marquesinas y toldos en la calle Neptuno.​ A mediados de junio de 1856
“El Rey de los Toldos” le llamaban.
Matías Pérez no fue el primer piloto de globos en suelo cubano.
Más abajo les estaré contando varios datos super interesante sobre el y si historia .👌PERO ALGUNA VEZ HABÍAN ESCUCHADO HABLAR O MENCIONAR A:

JOSE DOMINGO BLINO 🤔 ?
Aquí les regalo esta maravillosa publicacion q se que adoraran 😉

La desconocida historia de José Domingo Blinó, el primer cubano que voló en globo

Todos los cubanos conocen la historia del toldero portugués Matías Pérez que se perdió por los cielos de la Isla; pero la mayoría desconoce la de José Domingo Blinó, el primer cubano que volón en un globo. Esta es su historia:

Nacido y criado en La Habana, este modesto hojalatero de la calle Teniente Rey, era el motivo de burla de sus paisanos por ser jorobado, así que se propuso hacer algo importante, trascendental.
El 3 mayo de mayo de 1831 anunció en el Diario de la Marina su intención de realizar una ascensión en globo en la capital cubana, lo que de inmediato se convirtió en la comidilla de todas las tertulias habaneras.
Con el objetivo de poder llevar adelante su proyecto se abrió una colecta popular. El mismísimo capitán general de la Isla, Don Dionisio Vive fue el primero en contribuir, lo que animó a los más pudientes de la ciudad a abrir sus bolsas.
Blinó se convertiría de esa forma no sólo en el primer nacido en Cuba en conquistar los cielos, sino también en el primero en hacerlo con un globo confeccionado en el país, pues él mismo se encargó de la confección del artefacto aerostático.
Para ese propósito contó con la ayuda de los más entendidos en Física y Química entre los que vivían en La Habana. Sólo de esa forma se explica que la ascensión de José Domingo Blinó haya sido un espectáculo grandioso, muy superior a las realizadas con anterioridad por extranjeros y con globos importados.
El 30 de mayo de 1831, finalmente el valiente Blinó ascendió en su globo desde el Campo de Marte (donde hoy se ubica el Parque de la Fraternidad), en los terrenos de extramuros. Allí fue vitoreado por la multitud que enloqueció de entusiasmo al ver como el primer aeronauta cubano lanzaba desde la altura, flores, palomas, verso y hasta dos chivos en paracaídas que aterrizaron sanos y salvos entre los asistentes al espectáculo.
Arrastrado por los vientos Blinó se perdió en la lejanía, siempre con rumbo a Poniente. Pasaron las horas y no se supo nada de él, por lo que se temió por su vida. Las autoridades enviaron partidas de caballería y embarcaciones ligeras en su búsqueda, pero todas regresaron sin noticias del intrépido habanero.
Se temió lo peor, pero en su caso, a diferencia del de Matíaz Pérez, la historia tuvo un final feliz. Blinó, entre fuertes vientos, descendió en las cercanías de Quiebra Hacha en Pinar del Río, donde debió causar más de un susto entre los ingenuos guajiros del lugar.
Desde entonces se convirtió en un verdadero héroe popular y el convidado preferido de las actividades sociales de las clases altas cubanas. En su honor se publicaron poemas y sonetos, por lo que le fue imposible resistirse a los pedidos de repetir se hazaña.
Pero, como segundas partes nunca han tenido buen final, su segundo intento en 1833 fue un completo fracaso.
Como la fama tiene una memoria corta, pronto la sociedad habanera pasó a otras cosas y el hojalatero Blinó se embarcó con destino a Nueva York para adquirir un globo de mejor calidad que le permitiera recuperar su prestigio perdido.
Nunca se supo cuál fue el resultado de sus gestiones en Estados Unidos, pero de regreso a Cuba, enfermó y murió durante la travesía. Acorde a las costumbres de la época su cadáver fue lanzado al mar.
Triste final para este pionero de la aeronáutica cubana.

MATIAS PÉREZ

Matías Pérez no era cubano, sino portugués.
Matías Pérez fue un sastre y toldero portugués que se trasladó a La Habana, donde comenzó un exitoso taller de marquesinas y toldos en la calle Neptuno.​ A mediados de junio de 1856
“El Rey de los Toldos” le llamaban.
Matías Pérez no fue el primer piloto de globos en suelo cubano. Antes que él estuvieron los franceses Eugene Robertson y Adolphe Theodore, así como el cubano Domingo Blineau (se muestra foto abajo,) el primer cubano que construyó un globo desde cero y personalmente produjo gas hidrógeno como combustible.
No realizó un único ascenso, lo había hecho antes
El primer vuelo tuvo lugar el 12 de junio de 1856, con excelentes condiciones atmosféricas. Pérez voló desde la Plaza de Toros, hoy Parque de la Fraternidad, hasta el fuerte Chorrera. Lleno de éxito y emociones, además de una gran fama, se alistó a su segundo intento.
No regresó jamás
El segundo vuelo tuvo lugar el 29 de junio de 1856. Los periódicos locales informaron que el viento era demasiado fuerte la tarde en que estaba programado. Matías Pérez retrasa su ascenso. Finalmente decidió ascender al atardecer, alrededor de las 19:00. El globo ascendió rápidamente con los aires cálidos, a más de 2000 metros, y se movió a la deriva, hacia el norte, sobre el estrecho de Florida Nunca más fue visto.


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