José Martí vivió un romántico idilio con la Actriz Rosario de la Peña, a quien conoce en Mexico y Para ella escribe bellos romances, lleno de lirismo, ternura, erotismo y sugerencias políticas. En él, han quedado las huellas, como enfiestadas, de aquellos momentos de solaz, en la vida de un hombre, que amó con mayúscula a todo el género humano.
 Rosario, 
 En ti pensaba, en tus cabellos 
 Que el mundo de la sombra envidiaría, 
 Y puse un punto de mi vida en ellos 
 Y quise yo soñar que tú eras mía. 
 Ando yo por la tierra con los ojos, 
 Alzados ?¡oh mi afán!? a tanta altura 
 Que en ira altiva o míseros sonrojos 
 Encendiólos la humana criatura. 
 Vivir: ?Saber morir; así me aqueja 
 Este infausto buscar, este bien fiero, 
 Y todo el Ser en mi alma se refleja, 
 ¡Y buscando sin fe, de fe me muero!
 
             
		 
                                    
