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Hola amig@s saludos 🙋‍♂️aquí les regalo esta deliciosa😳 perdón 🙏🙄🤣MARAVILLOSA publicación sobre la historia de:

EL CHOCOLATE😋 EN CUBA🇨🇺

He visto varias publicaciones sobre la caña de azúcar, el tabaco y el café, incluso sobre las frutas cubanas, y me pregunté ¿Por qué no hacerlo sobre el cacao y el chocolate? 😉😋

Cuando se habla de productos cubanos generalmente el cacao queda olvidado, sin embargo, éste fue uno de los primeros cultivos introducidos por los españoles en nuestra Isla, siendo al parecer en el mercado de Tenochtitlán donde Hernán Cortés y los españoles hallaron las semillas del cacao usadas por los aztecas como monedas de cambio y donde degustaron el chocolate, que era ofrecido en algunos rituales.

España tuvo el privilegio de difundirlo a otras tierras y las más importantes naciones europeas no quedaron ajenas a su seducción. Fue tan extendido su uso, que el chocolate se convertiría en la bebida preferida de muchos. María Teresa, esposa de Luis XIV, le regaló al monarca un cofre lleno de este preciado producto como regalo de compromiso y llegó a comentar que el chocolate y el rey eran sus únicas pasiones.

El chocolate, principal derivado del cacao, también ocupó un importante lugar en nuestra alimentación tradicional hasta el siglo XIX, compartiendo preferencias con el café, por el que finalmente sería desplazado.

Desde finales del siglo XVI aparece el cacao en solicitudes de licencias para su fomento, y ya para mediados del XVII lo encontramos incluso en las “Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana”, reportándose numerosas siembras de cacao en las inmediaciones de Baracoa, Bayamo y Santiago de Cuba.

De su importancia en este periodo existen muchos testimonios. La primera referencia sobre su consumo la encontramos en las “Actas del Cabido habanero”, donde aparece en 1603 prohibida su venta sin licencia del citado Cabildo, y quedan reglamentados sus precios. En actas de 1664, y nuevamente en 1671, 1679 y 1690, se discute en el Cabildo la necesidad de regular los precios del cacao “……por la generalidad con que se gasta y cada uno vende el millar al precio que le parece y de pocos días a ésta parte ha subido de ocho hasta doce y catorce reales y se debe temer que lo vayan encareciendo á mas subido precio…”,

Es en esta etapa donde comienza y se consolida el consumo de chocolate, que se convierte en la bebida principal en desayunos y otras ocasiones.

A partir de la segunda mitad del siglo XVIII y hasta mediados del XIX, la producción en la Isla estaba centrada fundamentalmente en la caña de azúcar, pero en algunas regiones se diversificó con la presencia de cacaotales a mayor escala, inicialmente en la región de San Juan de los Remedios y posteriormente en el oriente del país, con el objetivo de elevarlo a la categoría de producto exportable. Esta etapa pudiera ser considerada el “siglo cubano del chocolate”, a pesar de que coincide con el inicio en Cuba del consumo de café, cuya siembra se incrementó durante las cuatro primeras décadas del siglo XIX.

Remedios se constituyó en el principal productor de cacao durante el siglo XVIII, mientras en la región oriental prosperó su cultivo desde finales de ese mismo siglo, junto con el del café, fomentado por los franceses emigrados de Haití. En función de satisfacer el alto consumo de este producto en la Isla, no solo se cultivaba, sino que también se importaba de otras regiones de América.

Según datos extraídos del Censo de 1827, aparece la existencia de 60 cacaotales o cacahuales: 2 en occidente, jurisdicción de La Habana, 41 en Remedios, 13 en Sancti Spíritus, 2 en Santiago y 2 en Baracoa, siendo la cosecha total de 23,806 arrobas, de las que se exportaron 1,953. La cosecha en Remedios constituía más del 90% de la producción nacional.

En 1832, por Real Orden se recomienda fomentar el cultivo del cacao en la Isla, a escala comercial, pues la independencia de las posesiones españolas de América, privaba a España de sus abastecedores, determinando la escasez y el encarecimiento del grano, lo que influirá en la disminución de su consumo, tanto en la metrópoli, como en Cuba.

Sobre su consumo en Cuba durante este periodo encontramos muchas referencias en la literatura, no solo las citadas por Cirilo Villaverde en su crónica “Excursión a Vuelta Abajo”, sino también las abundantes en la literatura de visitantes a nuestro país, dejándonos incluso constancia de los cafés más conocidos donde se servía chocolate o café, como en 1819 lo era la “Paloma y del Comercio”, “La Lonja” en 1838 o “La Dominica”, en 1860.

En sus “Cartas habaneras”, Francis Robert Jameson, afirma que “…el caballero cubano se levanta temprano y toma una taza de chocolate tan pronto como se levanta…” y la Condesa de Merlín en su “Viaje a La Habana”, nos cuenta que “en todas partes hay letreros que dicen café, azúcar, cacao…”. También lo hará sobre el consumo de chocolate y café en los velorios y festejos.

El cacao no llega con fuerza a la región de Baracoa hasta principios del Siglo XIX, convirtiéndose desde entonces, en el lugar del territorio cubano más propicio para la cosecha del cacao por sus condiciones climáticas favorables y la riqueza de los suelos.

Para la segunda mitad del siglo, ocurre un estancamiento de la agricultura, que se ve afectada por las guerras independentistas, lo que motivó una particular incidencia en los cacaotales del oriente, región que fuera escenario fundamental de las acciones bélicas. Esto afectará la producción de cacao, lo que favorecerá la paulatina sustitución del chocolate por el café, que comienza a convertirse en nuestra bebida nacional.

Durante la primera mitad del siglo XX, acaece la casi absoluta extensión del latifundio azucarero a toda la Isla, lo que implica un total desplazamiento de los cacaotales a las zonas montañosas del extremo oriental, especialmente las de Baracoa, que no eran consideradas aptas para el cultivo de la caña. El consumo tradicional de chocolate quedará prácticamente reducido a esta región del país.

No obstante, se funda la primera fábrica cubana de chocolate, en Santiago de Cuba, a principios del siglo XX, con el nombre de “La India”, posteriormente surgen “La Española”, “Baguer”, “La Estrella” y “Armada”. Las barras de chocolate y los bombones cubanos, aparecían en las chocolaterías francesas en Santiago de Cuba.

En la capital, “La Dominica”, ubicado en la esquina de las calles O’Reilly y Mercaderes, se haría famoso por sus exquisiteces. También la manteca de cacao se utilizaba como combustible para el alumbrado doméstico, en las farmacias para preparar pomadas y en perfumería, para la elaboración de cosméticos y jabones.

En un intento por recuperar el prestigio de tiempos pasados, en 1915 los hacendados de la región oriental de Cuba solicitan del Gobierno que haga gestiones para abrir en el extranjero mercados para el cacao de Cuba, pues consideraban que es uno de los frutos que se debiera exportar en gran escala, por tener excelentes condiciones para su cultivo, por ser de superior calidad y poder competir con los más acreditados, y esto podría convertir a Cuba en un importantísimo mercado exportador del valioso fruto.

En la publicación “Cuba en Europa” de Diciembre de 1915, en un artículo en que se debate sobre su uso, encontramos:
“…No es, hermano, soberbio disparate
preferir chocolate al desayuno,
ni es mas estomacal, más oportuno
un par de huevos fritos con tomate…”

Independiente a todos los factores anteriormente expuestos, que hicieron mermara su producción, encontramos en 1940 nuevas fábricas de chocolate, como “La Ambrosía Industrial S.A.”, “La Española”, “Rubine e Hijos”, “Solo y Cia.”o “Suárez Ramos y Cia.” entre otras.

Aun queda mucho por decir, pero al menos ya tienen una elemental panorámica sobre la historia de este producto en nuestro país… pues siempre es mejor tener las cosas claras… y el chocolate a la española, es decir, espeso.😁👌



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