InicioJosé MartíLa traición de Enrique Trujillo a José Martí

La traición de Enrique Trujillo a José Martí

Honrar en el nombre lo que en la esencia se abomina y combate, es como apretar en amistad un hombre al pecho y clavarle un puñal en el costado”, dijo José Martí y ese ataque traicionero debe haberlo sentido a finales de agosto de 1891 con Enrique Trujillo,  a quien consideraba su amigo

Enrique Trujillo, director del periódico El porvenir, en Nueva York,  fue capaz de ayudar a conseguirle dos  pasaportes a Carmen Zayas Bazán, la esposa del Apóstol, para que regresara a Cuba con Pepito, sin la anuencia del Maestro, y peor, a espaldas de este.

Después de una separación de cinco años, Carmen y el hijo, ya un adolescente de 13 años,   viajan hacia Estados Unidos en  junio de 1891, las relaciones de la pareja se agravaron aún más en  ese tiempo y es cuando ella decide, en el mayor silencio,  volver a la Isla, sería la última vez que Martí los vio.

A raíz de eso fue aquella confesión martiana: “¡Y pensar que sacrifiqué a la pobre María (María García  Granado, la Niña de Guatemala) por Carmen, que ha subido las escaleras del Consulado español para pedir protección de mí!”.

Aquel  acto desleal de Trujillo con el Maestro fue como un detonante entre ellos y ocurrió una ruptura definitiva. El periodista  engrosó la lista de los furibundos atacantes de la obra patriótica de Martí y utilizó las páginas de su publicación para hacerlo.

  Una de las cuestiones que más criticó fue la fundación del Partido Revolucionario Cubano (PRC), al que calificó como  “dictadura civil”, porque él tenía otra idea para la organización revolucionaria.

En un libro escrito por Trujillo dijo que los métodos del PRC  eran autoritarios y compulsivos. El noble puertorriqueño Sotero Figueroa lo refutó  acabado de publicarse y fue uno de los que siempre estuvieron al lado de Martí.

Cuando apareció Patria, Trujillo volvió a la carga y El Porvenir publicó una gacetilla saludando lo que llamaba el órgano del Partido. El Partido se proclamaría en abril y aquella nota es de marzo.
Martí, sin embargo, fue diplomático: » Patria no puede dejar sin nota esta insinuación, nacida sin duda de un desinteresado patriotismo, porque si bien surge este periódico de la voluntad y con los recursos de todos los revolucionarios cubanos y puertorriqueños conocidos en NY, cometería usurpación grave y vanidosa si directa o indirectamente apareciese como órgano espontáneo y de propio bautizo de un partido que a su hora concentrará o distribuirá según lo creyere oportuno, sus trabajos de propaganda o publicación».
La postura política antipatriótica de Trujillo fue el móvil fundamental que desencadenó sus incesantes campañas contra Martí, las cuales tuvieron tal grado de agresividad y mala fe que Antonio Maceo se vio precisado a reprocharle: “La guerra que Ud. hace al Sr. Martí es un crimen de lesa patria. La revolución que se agita sufre las consecuencias con la incertidumbre que se apodera de la gente floja. ¿Cómo tacha Ud. al Sr. Martí, porque consuma ahorros de tabaqueros, que Ud. también explota con su publicación?… La labor revolucionaria no puede hacerse con sólo el pensamiento. El Sr… Martí consagra todo su tiempo a la causa, sin otra recompensa que la censura imprudente”.
Esta oposición a Martí, después de su muerte se incrementa. Trujillo no vacila en acusarlo de querer implantar a través del PRC “una dictadura absoluta”, desconociendo de este modo el papel revolucionario y el carácter unitario de la organización política martiana.

 

 

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