<<< El Fígaro, 20 de mayo de 1909, alegoría de Cuba >>>
El Fígaro, en el número de mayo del año 1909, evoca la fundación de la República con una portada que dramatiza el momento del triunfo, donde se reafirma a la República como hija de la modernidad y también heredera de la tradición occidental. Una silueta alada, que encumbra la bandera cubana con un gesto heroico y a un mismo tiempo, que se levanta sobre las tinieblas y la oscuridad. Se reproduce, así, el surgimiento, el renacer social y político del Estado cubano, que ha dejado atrás la noche del pasado colonial. Pero, quizá, el sentido primordial del antagonismo día-noche se encuentre en los versos de Manuel Serafín Pichardo –fundador de la revista–, ubicados en el centro: un poema que subraya la antítesis entre dos aniversarios consecutivos, el 19 y el 20 de mayo. La noche como la víspera amarga de la muerte del Apóstol que antecede al memorable día del establecimiento de la República.
19 Y 20 DE MAYO
A Justo García Vélez
La Historia, que contrastes avecina
juntar dos fechas inmortales quiere:
aquella en que el sublime Apóstol muere
y aquella en que fulgura su Doctrina
¡Cuánto amargor al recoger el fruto!
¡Cuánta espina al tocar las patrias flores!
Enlazada la gloria a los dolores,
tiene el gran día vísperas de luto.
¡Oh Cuba! Tal parece que tu sino
es llevar con el lauro el sufrimiento
y unir a cada bien algún lamento;
que hace falta a tu espléndido destino,
como a la sangre ardiente y contenida,
para correr en libertad, la herida!
Manuel S. Pichardo. 1909