Siempre es bueno volver a la niñez.
LA RONDA
Es la hora de soñar.
Basta ya de realidad.
De esa que desgasta,
debilita y golpea el alma,
esa que mata lentamente,
esa que nos muerde, nos lastima,
la que nos hace llorar.
La dura, la insensible, la cruel.
Esa que no deja brotar
al espíritu que guardamos
en el lejano infinito brillante
de nuestra primera infancia,
donde el sol era de oro
y era la luna de plata.
Amigos, soñemos pues
y dejémosle salir.
Cantemos, riamos, amemos.
Tejeremos de nuevo la ronda
con nuestra infantil alegría.
“En dónde tejemos la ronda
la haremos a orillas del mar…..”
Llamemos a la esperanza,
que nunca falte el amor,
el suave calor de la paz,
y esa ingenua inocencia.
Démosle también la mano
a la valiosa humildad
y a todas las cosas bellas
que podamos encontrar.
Cantemos todos a coro,
que mientras dure la ronda,
tendremos felicidad.
Dagmar Porro.
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