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ROSALÍA ABREU, LA BENEFACTORA.

ROSALÍA ABREU, LA BENEFACTORA.

Nació en Santa Clara el 15 de enero de 1862, dentro de una familia que se destacaría por su carácter benefactor, una de las figuras más controvertidas de la burguesía habanera y la más respetada mundialmente por sus estudios de los primates en cautiverio. Hermana de la patriota cubana Marta Abreu la cual destinó su fortuna para las obras de beneficiencia y utilidades públicas en Santa Clara y contribuyó con numerosos recursos financieros a la lucha por la independencia de Cuba.

Rosalía González-Abreu Arencibia, gustaba de adquirir simios y tenía agentes en África, América y Gibraltar para que le compraran y enviaran a Cuba los mejores ejemplares.No se sabe a ciencia cierta cuándo comenzó a desarrollar esta peculiar afición. Cuentan que en 1906, en la fiesta de inauguración de un suntuoso castillo que había mandado a construir en su propiedad de Las Delicias, en el Cerro, se presentó ante los invitados con un macaco y un orangután. Su colección siguió creciendo y llegó a tener monos titíes y arañas, capuchinos, chimpancés y hasta gorilas. Evidentemente profesaba un amor desmedido por los animales porque además de los simios poseía pavos reales, guacamayos, loros, ciervos, caballos y algunos afirman que hasta un pequeño elefante, (un verdadero zoológico). En poco tiempo Las Delicias comenzó a ser conocida, popularmente, como “la finca de los monos” ya que estos eran, sin dudas, el mayor atractivo del lugar. Todos vivían libres en los jardines de la hacienda, excepto los gorilas y orangutanes, que permanecían en jaulas pues a veces podían ser muy agresivos. Algunos usaban un pintoresco vestuario, comían sentados a la mesa y acudían dócilmente al llamado de su dueña. Otros fumaban pipas o rasgaban las cuerdas de una guitarra.

Se puede decir que la “Finca de los Monos” fue el primer zoológico en Cuba y que reunía aves, mamíferos y reptiles, casi todos traídos de Asia y África y atendidos personalmente por Rosalía, auxiliada por criados y jornaleros.

Durante esa época se extendieron leyendas, por ejemplo, que de pequeña su amor hacia los animales fue grande y que, cuando una paloma suya fue pisoteada accidentalmente en una fiesta Rosalía prefirió comérsela porque imaginaba que así la tendría cerca de su corazón.

También se recuerda la leyenda de Cholo, orangután muy inteligente y querido por su dueña, de quien el primate llegó a enamorarse, según los comentarios de la época. Una revista española (Estampa) publicó en 1931 que Cholo estranguló al administrador de la hacienda, celoso por las reuniones del trabajador con Rosalía Abreu.

Actualmente, tengo entendido que la antigua «Finca de los monos» se ha convertido en un Palacio Tecnológico ubicada en el municipio de El Cerro (calzada de Santa Catalina y calle Palatino).




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