InicioTodoJaimanitas: La memoria de un tiempo tal vez sin regreso.

Jaimanitas: La memoria de un tiempo tal vez sin regreso.

Jaimanitas: La memoria de un tiempo tal vez sin regreso. 🚣🐦🐟🐠😊

Jaimanitas, el pequeño poblado costero al oeste de la Habana, fue fundado en el siglo XIX como asentamiento pesquero. Su costa está limitada por el río y la bahía que llevan su nombre. En la margen opuesta del río se construyó en la década de los 50 la Marina Barlovento, hoy rebautizada como Marina Hemingway.

En el pueblo había cuatro balnearios: el Cabo Parrado, un club militar: La Conchita, La Sociedad y el de Lucilo de la Peña, construido con dinero de la alcaldía local y la cooperación del pueblo. En todos se realizaban actividades recreativas, para niños, jóvenes y adultos. En el litoral se levantaban comercios de toda índole, restaurantes, cafeterías, bares, instalaciones para el alquiler de trusas, y taquillas. Daba gusto vivir en Jaimanitas.

Al este de se levantaba el aristocrático Havana Biltmore Yacht and Country Club, para esparcimiento y el ejercicio acuático, con instalaciones deportivas y campos de golf, colindante con el reparto Alturas de Jaimanitas.

Pero llegó el Comandante y mandó a parar. En Alturas de Jaimanitas instaló su Punto Cero y convirtió los campos de golf en unidades de su seguridad personal. Militarizó la bahía, emplazó en ella una base operativa de guarda fronteras y las residencias que bordean la rada se convirtieron en instalaciones del Ministerio del Interior.

La playa y las edificaciones del Biltmore son hoy el exclusivo Club Habana, para el uso exclusivo de extranjeros y miembros de la nomenclatura. En los terrenos deportivos se construyeron edificios, también para extranjeros. Las instalaciones de yates de los ricos de antes, fueron ocupadas por las embarcaciones de los gobernantes, incluidos Fidel y Raúl Castro.

Para los lugareños desapareció la infraestructura recreativa. De los balnearios sólo subsisten el Cabo Parrado, conocido ahora como Los marinos, y el de Lucilo, rebautizado como círculo social Marcelo Salado, cuyas instalaciones pasaron a servir a dos ministerios, cerrando sus puertas a los residentes de Jaimanitas, quienes tuvieron que conformarse con algunos tramos de costa.

de Jaimanitas se ha duplicado desde 1959, y hoy sólo cuenta con dos quioscos y un fotoservice donde se pueden comprar alguna mercadería y alimentos en pesos convertibles, a los precios más caros del continente, para trabajadores que ganan menos de un dólar diario. Otras instalaciones, dos bares, prestan servicios también en dólares. Hace unos meses se inauguró un restaurante en el antiguo bodegón, ubicado en la esquina donde termina la Quinta Avenida.

En Jaimanitas abundan las dificultades para adquirir alimentos; las calles están rotas, los salideros de aguas albañales campean por su respeto y la panadería se rompe todas las semanas. El transporte público apenas existe, la escasez de transporte abruma a la población y la recreación despareció. Sólo nos queda el recuerdo de lo que ha sido y ya se fue.

Autor: FRANCISCO CHAVIANO GONZÁLEZMIÉRCOLES, 28 DE SEPTIEMBRE, 2011 |

Más historia.
Al finalizar el siglo XVI casi todas las tierras de la isla de cuba habían sido mercedadas, o sea, entregadas en usufructo. Todas eran realengas, es decir, pertenecían a la corona y por lo tanto la entrega de la misma debía ser autorizada por el rey. Ese trámite se dificultaba mucho por lo que durante los siglos XVI y XVII, en muchos casos, no se cumplió ese requisito ya que los colonos preferían seguir con su título imperfecto. La entrega oficial de la tierra se inició a partir la tercera década del siglo XVI en tres formas diferentes: hatos, corrales y sitios de labor. Los hatos y corrales eran grandes extensiones de tierra circulares con un radio de 2 y 4 km. respectivamente. Los hatos entregaron para la cría extensiva de ganado mayor y, los corrales para la cría de ganado menor. Los sitios de labor eran parcelas de tierra, mucho menor, que se entregaron para el cultivo de sustentación de los pobladores de las villas.La tierra se entregaba a solicitud del interesado y preferentemente a los que habían demostrado, de alguna manera, ser fieles servidores de la corona. Inicialmente los cabildos tuvieron, entre otras, la responsabilidad de mercedar tierras y resolver los litigios entre los poseedores de las mismas.Siempre quedaron áreas de tierra que no habían sido entregadas a nadie o que no se encontraban dentro de los límites de tierras de los hatos, corrales o sitios que ya han sido mercedados. A esas tierras se les comenzó a identificar como tierras realengas aunque, en realidad, todas las tierras eran realengas por pertenecer a la corona. En esas tierras realengas se asentaron muchos colonos sin solicitarlas y comenzaron a cultivarlas. Con el paso del tiempo se generaron muchos litigios por ese motivo.Los poseedores de hatos o corrales aledaños las reclamaban para sí mientras que los colonos que las estaban usando las defendían como suyas argumentando, sobre todo, el tiempo que la habían estado trabajando. En un inicio la explotación de las tierras en cuba se enfocó en la ganadería extensiva. Ese era el objetivo fundamental para los que fueron mercedados los hatos y corrales en las cercanías de la cuenca del rio jaimanita. Las primeras tierras de esa zona se mercedaron a Martín Gonzales Cano en 1587. Se le mercedó para corral de ganado menor, fundamentalmente Cerdos. Lindaba con los corrales ojo de agua, Guatao y Wajay.

Corrales en las proximidades del caserio Jaimanitas

El cabildo de La Habana dio licencia para demoler ese corral en 1711 y al mismo tiempo autorizó a Don Francisco del Barco, para que construyera un ingenio allí.La aprobación de esta solicitud demostró que la ganadería extensiva había agotado ya sus posibilidades. Entonces era necesario cambiar esa forma de explotación de las tierras por una nueva que prometiera rentabilidad a los colonos. En esos momentos la producción de azúcar se veía con muy buenos ojos de manera que cada día había más colonos que decidían demoler sus corrales para crear potreros, sitios de labor, vender lotes de tierras, y crear particiones para ingenios. Al convertirse el azúcar en el principal artículo de exportación de la Isla, los colonos de los alrededores del poblado de Jaimanita se dieron febrilmente a la tarea de cultivar plantaciones cañeras y fomentar ingenios. A finales de la tercera década del siglo XIX (1827) bajó el precio del azúcar y se comenzó a introducir la máquina de vapor en su proceso de producción. Esto motivó que se arruinaran numerosos hacendados dado que introducir la máquina de vapor, en el proceso de producción del azúcar, requería un gasto que no estuvo al alcance de muchos. Entonces los colonos del área de los alrededores de Jaimanita se vieran forzados a emprender otros tipos de actividades agrícolas que les permitiera sobrevivir. Demolieron plantaciones de caña y se desmantelaron ingenios en cuyas tierras comenzaron a cultivar café, piñas, arroz, frijoles, maíz, plátanos, hortalizas u otras frutas y viandas . Sin embargo, algunos continuaron con sus plantaciones de caña como lo hizo el Sr. Quijano. Su finca abarcaba prácticamente todo el territorio del actual reparto Siboney. En la segunda mitad del siglo XIX él construyó allí un ingenio que luego vendió a Don Manuel Tobias. Ese ingenio se mantuvo funcionando hasta el año 1913 en que da su último reporte de producción. La chimenea del ingenio, aún permanece en pie en la calle 200 y 7ma muy cerca de lo que hoy se conoce como La Estrella.

Restos del ingenio Quijano (Tobias). El ingenio funcionó hasta 1913
Los primeros residentes del caserío jaimanita eran trabajadores, indios o esclavos de los dueños de las plantaciones cañeras e ingenios que sobrevivían o, de las fincas de sus alrededores. En 1542 la Corona promulgó las “Leyes Nuevas” con las que los indios quedaron libres y bajo la protección del gobierno representado por un protector de los derechos de los indios. En esas leyes se les otorgaba ciertos derechos, se regulaba el trato a los indios encomendados y se prohibía la creación de nuevas encomiendas. A partir de entonces los indios podían andar libremente, trabajar por un sueldo o cultivar sus tierras o hacer cualquier cosa sin ser perseguidos, es decir, eran libres de las ataduras a las que el gobierno español los había sometido. Las encomiendas ya establecidas podrían continuar existiendo pero sólo hasta que el dueño original falleciera. Para diferenciar a los indios de los esclavos desde ese año fueron censados como personas de color libres. A partir de 1845, específicamente en el poblado del cano, comenzó a desarrollarse la industria alfarera debido a la naturaleza arcillosa de sus suelos. El censo de 1846 mostró que en El Cano residían un total de 1170 habitantes, 887 eran blancos, 213 de color libres (indios) y 70 esclavos. A mediados del siglo XIX (1850), ese poblado llegó a convertirse en uno de los más importantes núcleos alfareros de la zona occidental de la Isla. En el censo de 1846 aparecen registrados en el poblado de El Cano 213 personas de color libres. Ese hecho demuestra que los indios no fueron extinguidos como lo han asegurado algunos historiadores. Según una nueva división político- administrativa, establecida por el gobierno colonial a partir de 1878, se crearon hacia el oeste de la capital los municipios El Cano, Marianao y Santiago de las vegas. Cada uno con sus respectivos ayuntamientos y alcaldes. En el orden judicial, todos estos municipios se subordinaron hasta 1880 al distrito judicial Bejucal. El municipio “El Cano” atendía los poblados de Arroyo Arenas, Barandilla, Cuatro Caminos de Falcón, Jaimanita y El Cano propiamente dicho. Al municipio de Santiago de las Vegas, se subordinaban los distritos Bauta , Punta Brava y Guatao. El poblado de Jaimanita había comenzado a formarse cuando algunas personas decidieron asentarse en la cercanía del embarcadero construido en la desembocadura del rio a mediados del siglo XVI. En 1566 es la primera vez que se reporta la existencia de una ranchería en ese lugar según ha dicho la Lic. Miriam Noa historiadora del poblado.Hay que destacar que las tierras de los alrededores del poblado de Jaimanita no estuvieron incluidas en los Hatos y Corrales que se mercedaron en esa zona durante el siglo XVI y XVII. Es decir, inicialmente fueron tierras realengas que, en su mayoría, fueron siendo ocupadas por colonos, algunos de los cuales, no tenían permiso para ello. Específicamente el área costera donde se fue desarrollando el poblado es baja y pantanosa, y por ende, no apropiada para desarrollar cultivos en ella. Es decir, el poblado de jaimanita evolucionó en un lugar que no era de interés para los colonos que residían por los alrededores. Debido a eso los colonos no se metían con las personas que se fueron asentando en ese lugar. De modo que los pobladores de jaimanita fueron personas que trabajaban en los ingenios, los cafetales o en fincas de los alrededores que fueron asentándose libremente en el lugar.Como en aquellos tiempos los embarcaderos eran vitales para la subsistencia de la Villa de San Cristóbal de la Habana, el cabildo decidió proteger a los más cercanos emplazando piezas de artillería junto a ellos.

Foto tomada en 1928 cuando aún los caños permanecían en el lugar
Además se asignó una pequeña guarnición que debía residir en el lugar. Fueron esos soldados los primeros habitantes de lo que un poco después fuera la ranchería Jaimanita. Las primeras casas rústicas fueron construidas de madera, guano y yaguas, a las cuales los españoles les decían ranchos de ahí el término ranchería. Al embarcadero llegaban los productos que los colonos querían vender en las plazas de la Villa de San Cristóbal de la Habana. Inicialmente eran llevados a lomo de caballo o mulas. Pasado algún tiempo los transportaban en carretas o carretones a través de un camino que ellos fueron haciendo hasta el embarcadero. El camino principal se originó en las cercanías de Santiago de las Vegas, pasaba por el Wajay, el Cano, Arroyo Arenas, Cuatro camino de Falcón, las Canteras y los potreros de Marín. Continuaba bordeando el rio Jaimanita hasta convertirse en lo que es hoy el callejón (calle 240) hasta la calle real (ave. 3C) y por ella hasta el embarcadero en la misma desembocadura del rio

Lugar donde estuvo el embarcadero junto a la playa Jaimanita y el camino que llegaba hasta allií
Con el tiempo aparecieron otros caminos que convergían hacia este. Hubo uno que partía del ingenio Santa Ana, ubicado en las márgenes del rio Bauta, cruzaba la tenencia El Roble y algunos cafetales que existían al norte de Punta Brava y el actual poblado de Cangrejera. Después vadeaba el rio y convergía con el camino principal, un poco antes de que el Arroyo Arenas entronque en el rio Jaimanita, muy cerca de lo que fuera después el basurero municipal de playa. En los últimos censos realizados en el siglo XIX en el término municipal de El Cano , bajo cuya jurisdicción se encontraba el poblado de Jaimanita, se registraron viviendo allí personas de las tres categorías censadas Blancos, de color libres (indios),y esclavos. En la primera mitad del siglo XX se produjeron grandes transformaciones en la pequeña villa de Jaimanita. La villa llegó a ser un poblado próspero gracias a su playa pública y rio que atrajeron a muchos veraneantes, algunos de los cuales, se establecieron en el lugar. El transporte y las vías de comunicación mejoraron notablemente y el pueblo creció. En 1908 se inauguró el tren de Harrah que, saliendo de cerca del actual paradero de la playa de Marianao llegaba hasta cerca del rio Santa Ana después de cruzar el reparto Flores, pasar cerca del ingenio Quijano (Tobías) y atravesar el poblado de jaimanita. El tren entraba a Jaimanita por lo que hoy es la ave 3C desde la calle 232 rumbo a la parte más estrecha del rio, para cruzarlo por un puente que se construyó en el lugar.

El trazo en negro indica el recororido aproximado que tuvo el tren de Jaimanita
El tren de Harrah operó hasta 1917 en que sus instalaciones fueron destruidas. Además de transportar piedra y arena, el tren también transportaba agua al poblado de Jaimanita y algunos vecinos lograron usarlo como medio de transporte. A finales de la segunda década del siglo XX llegó a Jaimanita una familia de emigrantes que originalmente eran pescadores en la isla de Mallorca, en España. Los vecinos los apodaban Los Mallorquines. Ellos eran pescadores y poco a poco fueron introduciendo la tradición pesquera que el poblado tuvo después. En 1920 se construye el Cabaret-Casino San Soucí en lo que hoy es la Ave, 51 y la calle 222. En1922 se concluye una calzada desde ese lugar hasta la calle real de Jaimanita. Poco después se hizo una carretera de Santa Ana (Santa Fe) a Jaimanita (1923) para lo cual se construyó un puente de madera sobre el rio.

Puente de madera sobre el rio Jaimanita construido en 1923
El creciente flujo de personas hacia ese casi rústico poblado, con un pequeño puerto y una hermosa playa pública de blancas arenas, motivó el establecimiento de numerosos negocios. Proliferaron los bares, fondas, bodegas, cafeterías, alquiler de botes, yates, casetas para el cambio de ropa y otros pequeños negocios. La atracción del poblado era tal que llamó la atención de personajes famosos como Caruso y Hemingway. A Hemingway le gustaba pasar noches enteras en el cabaret-casino San Soucí y al amanecer manejar de allí hasta Jaimanita para desayunar. Por esos tiempos también aparecieron varios Clubes; Club La playa, Club Miami, Club Cabo Parrado (Los Marinos), los balnearios Lucilo de la Peña (Salado) y el balneario infantil Jaimanitas (La Conchita).En la esquina de la calle real (ave. 3C) y la calle 232 se estableció una gasolinera y una tienda mixta y, al frente, el bar Las Brisas de Jaimanitas.

Bar cafeteria "Las Brisas de Jaimanitas" en la década del 1940
La calle real (ave. 3C) y la Calle Habana (242) fueron las más importantes de ese período. A los lados de ambas calles fue que se establecieron la mayoría de los comercios. Desde finales de la década del 1920 a los finales de la década del 1950 se construyeron; el cine Biltmore (Caribe), una ermita de la Caridad del Cobre, el parque de Jaimanita, la casa de Socorro (hoy oficina Correos), la Sociedad ( asociación de Vecinos y Comerciantes), el Havana Biltmore Yacht and country Club (1928), con un campo de golf de 18 huecos (hoy Club Habana), la marina Barlovento (hoy Marina Hemingway)y, además, se terminó la 5ta. Ave. hasta Santa el poblado de Fé. Después del año 1960 ocurrieron cambios gigantescos el poblado de jaimanita, y en toda Cuba, debido al establecimiento del sistema socialista proclamado en abril de 1961. Actualmente la comunidad de Jaimanitenses en el exterior es bastante grande y toda ella añora al pobladito donde nacieron o transcurrió una gran parte de sus vidas.
Publicado hace 15th December 2018 por Joaquín Rodríguez Portal
Ubicación: Cuba
Etiquetas: bar Las Brisas Censo poblacional de 1846 Historia de Jaimanitas.Rancheria Jaimanitas Indios Cubanos Playa Jaimanita.





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