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«La verdadera historia del cubano chapucero» Una vez más se sacude el gobierno

«La verdadera historia del cubano chapucero»
Una vez más se sacude el gobierno cubano de toda responsabilidad respecto al incremento descontrolado de la transmisión de la COVID 19. » Se está trabajando mal… está bueno ya de tanta chapuceria» decía Manuel Marrero Cruz.
Duele y es triste muy triste poner en ese saco a miles de héroes anónimos de batas blancas que combaten ya bastante cansados y descontentos a toda costa y desde hace un año y medio la enfermedad mientras quienes pudieran ser su relevo trabajan para ganar pacotillas en decenas de países de África y el resto del mundo. En un momento en que se necesitan aquí en la tierra que los vió nacer!
Triste muy triste meter en el mismo saco a esos miles de médicos que en los hospitales, en las zonas rojas trabajan sin apenas medicamentos y que pasan muchos días sin ver a los suyos, a esos que sin caretas faciales ni nasobucos profesionales reciben a los enfermos en las consultas de respiratorio de policlínicos y hospitales de todo el país.
Triste meter en ese saco a todo un pueblo que enferma por salir cada mañana a trabajar, a los voluntarios que colaboran en todo el país, a los que se quitan lo que no tienen para ayudar al prójimo, a los que desde su religión no han dejado un solo día de orar o pedir a sus dioses y santos, a los choferes de ómnibus que continúan arriesgando sus vidas, a los que sin guantes ni alcohol cuentan el sucio dinero en los bancos, es triste y muy desagradecido de su parte.
Hubiese sido un acto hermoso y hasta memorable, haber escuchado decir:
«Canel y yo hemos sido unos chapuceros que aún cuando en los primeros seis meses de la enfermedad hicimos un trabajo decente, luego de cansarnos de criticar a bolsonaro, Trump y otros gobiernos que dicidían abrir su economía, en cuanto nos apretó el zapato sacamos todas esas noticias del noticiero dónde cada día manipulamos la opinión de nuestro pueblo y decidimos que era hora de ganar dinero y abrir nuestros aeropuertos a los turistas aunque ello costara algunas vidas. Sin conformarnos y cuando los números comenzaban a descontrolarse decidimos desordenar la economía y hacer la situación económica del pueblo aún más difícil. Nosotros no hemos carecido de mascarillas N95 para presentarnos en cada acto orientado desde el partido, nosotros no hemos dejado de dormir con aire acondicionado porque la conciencia no nos permite encenderlo,nosotros no hemos sufrido apagones en nuestra casas pues la orientación política es no realizar apagones en la Habana, aún cuando fuera de ella hay más casos de COVID que en la capital. Nosotros que nos empeñamos en producir nuestras vacunas y ahora que el 72% de los casos activos en La Habana ya fue vacunados no sabemos que decir nos arrepentimos de habernos lanzado a dilapidar recursos del pueblo sin tener las garantías del éxit. Nosotros de seguir este efectivo ritmo, seremos responsables de la aparición de una nueva cepa, la cepa cubana que por lógica será mucho más contagiosa y mortal que la delta. Nosotros mismos nos hemos puesto una pesada cadena al cuello que hoy nos impide adoptar verdaderas medidas que resulten efectivas en el control del virus. Nosotros no hemos conseguido eliminar las colas, acabar con el desabastecimiento, incrementar la producción interna, garantizar medicamentos a nuestro pueblo.
Nosotros convocamos inpopulares marchas de comunistas para dar entender al mundo que nuestro pueblo no está descontento, que nuestro pueblo nos apoya poniendo la política por encima de la salud y la vida humana y haciendo gala de una doble moral de espanto! Hoy tenemos un país enfermo, un país que muere y un país económicamente devastado! Nosotros sin falsa modestia hemos sido inútiles y hemos llevado el país al colapso, a una situación de crisis humanitaria terrible, al descontrol y el caos. Nosotros desde el gobierno pedimos perdón al pueblo de Cuba!»
Está claro para mí que jamás declararían algo como esto pues aún cuando sus conciencias les digan que es lo correcto, sus rojas neuronas seguirán atendiendo en primer orden la imagen política y las orientaciones del manual del partido único, el partido que parte, el partido que destruye y nada construye, el increíble PCC. Es más fácil echar toda la culpa al pueblo…porque esa…esa no puede caer al piso!
Llegará el día en que tendrán que reconocer sus errores, su vicio ineficaz del poder, su afán de dirigir lo que su capacidad no les permite, ese día pasarán a ocupar el puesto que la historia y los libros les tienen reservados, el lugar que merecen!
MV


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