InicioTodoPuerto Padre: la siempre hermosa Villa Azul de los Molinos.

Puerto Padre: la siempre hermosa Villa Azul de los Molinos.

Puerto Padre: la siempre hermosa Villa Azul de los Molinos.

Hoy nos vamos hacia la zona oriental de Cuba, que la Habana es la capital, y lo démas " no" es areas verdes…😊😅🤓

La ciudad de Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas, te recibe con los brazos abiertos. Tras llegar a la cima de una modesta elevación, te premia con la hermosa vista de un mar azul.

Ante tanto encanto no te puedes detener y transitas por una elegante avenida o paseo que funge como calle principal y te abrazan sus casas bonitas, su iglesia, su parque, su malecón, su fortín, y su molino de viento que muele y dispersa ese aroma de mar que embriaga el pueblo con un toque mágico y casi único del oriente cubano.

Puerto Padre es una acuarela abrazada por el océano atlántico y sus playas El Socucho, La Llanita y Covarrubias te bendicen y hacen que exclames sin dudar que vivir en el trópico es una dicha para los que amamos el contacto directo con la naturaleza y el calor abrasador que te llena de vida.

Un puerto, una villa…

La historia atribuye el nombre de Puerto Padre a un diálogo entre un marinero y un cura en una de las carabelas de Cristóbal Colón. «¡Qué puerto, padre!», aseguran que le dijo el primero al segundo, extasiado por la belleza desplegada ante sus ojos. No puedo dar fe de su autenticidad, pero cuentan que Puerto Padre se llama así desde entonces.

Conocida popularmente como la Ciudad de los Molinos, Puerto Padre tiene una historia que se remonta al siglo XVI. A mediados del siglo XIX (1851), la ciudad comenzó su transformación de un pequeño pueblo en un centro industrial con la construcción de su primer ingenio de caña de azúcar . La ciudad jugó un papel importante en las guerras de independencia de Cuba y hoy es una especie de centro turístico. Los fundadores fueron terratenientes criollos (criollos) de ascendencia castellana y comerciantes catalanes.

Teoría del punto de llegada de Colón

Durante la segunda mitad del siglo XX, un grupo de arqueólogos presentó una teoría que cuestiona la versión actual del lugar donde llegó Colón. Afirman que la bahía de Puerto Padre fue de hecho el primer lugar en el que Colón desembarcó en Cuba. El sitio comúnmente aceptado es la bahía de Bariay, que se encuentra más al este en la provincia de Holguín . Hay varios sitios que se disputan por ser el primer lugar de desembarco de Colón y su tripulación: Puerto Padre y Manatí , ambos en la provincia de Las Tunas; y Gibara y Bariay en la provincia de Holguín).

La ciudad está ubicada en la esquina inferior de la bahía que lleva el mismo nombre. Al menos dos ríos desembocan en la bahía de Puerto Padre. El pequeño islote de Cayo Juan Claro está ubicado hacia el lado centro este de la bahía, en este islote se encuentra el puerto de Puerto Carúpano que está conectado al continente por una carretera artificial, un ferrocarril conecta el islote con el ahora desaparecido azúcar fábrica en la cercana localidad de Delicias. El terreno está formado principalmente por terreno llano, aunque la ciudad misma se asienta sobre una pequeña colina que se adentra en el mar. El terreno cercano al pueblo es pantanoso con un espeso bosque de manglares.

Estación de tren de vía estrecha Chaparra
Antes de la revolución de 1959, el municipio estaba dividido en los barrios de Chaparra, Delicias , Estrada Palma, La Lima, La Yaya, Los Alfonsos, Maniabón, Norte, San Manuel, Santa María, Sur, Vázquez , Vedado y Yarey. Estos topónimos todavía se utilizan hoy en día, aunque los límites del municipio anterior a 1959 ya no incluyen Delicias (Antonio Guiteras) o Chaparra (Jesús Menéndez), llamados así por sus respectivos ingenios azucareros, que a partir de 2012 ya no están operativos.

Realmente, se trata de una ciudad encantadora. «A pesar de ser pequeña, figura entre las más limpias y bellas de Cuba, con un desarrollo cultural y una fisonomía únicos que reproducen en breve formato a las grandes urbes de anchas avenidas, paseos y malecón», dice de ella una guía turística.

Imagino a los portopadrenses hinchados de orgullo por tan elogiosa y merecida apología. Ellos suelen agradecer por toneladas cuanta palabra ensalce los atractivos de su terruño, y blasonan, entre otras cosas, de que su ubicación geográfica aparece reflejada con la denominación de Portus Patris en la cartografía del llamado Nuevo Mundo desde el distante siglo XVI.

El epíteto de Villa Azul, que también identifica al carismático pueblo, debutó después, motivado quizás por la azulada tonalidad de su mar y de su cielo. El primero en emplearlo fue el periodista Manuel García Ayala, quien le dio vida en un poema en los años 20 del siglo pasado. El apelativo ganó beneplácito público. Tanto que los comerciantes lo adoptaron como eslogan.

En las décadas iníciales de la propia centuria, otro periodista se encargó de añadirle lirismo y sugerencia: el canario Manuel Martínez de las Casas, director del semanario El Localista, quien en versos de su autoría se refirió a la localidad como a la Villa Azul de los Molinos, en virtud del gran número de esos aparatos de viento que funcionaban a la sazón en la comarca.

Por cierto, este municipio es tierra de curiosidades. Por ejemplo, es el único territorio cabecera de la provincia de Las Tunas que no cuenta con ferrocarril, y la única localidad en Cuba cuyo estadio de béisbol limita por uno de sus jardines con el cementerio municipal. Un batazo más allá de las cercas va a caer, indefectiblemente, en los sagrados predios del campo santo. Los guasones dicen que entonces los árbitros declaran bola muerta.

Un pozo de agua dulce en el mar

Puerto Padre es una ciudad construida en la falda de una loma que termina donde las aguas del Océano Atlántico bañan un malecón que lo hace más especial por tener muy cerca, dentro del mar, un pocito de agua dulce.

Ese secreto de la naturaleza, que es consecuencia del afloramiento del manto freático en la zona costera, ha hecho que a la llamada Villa Azul de Cuba se le conozca también por ese atractivo que, según cuentan los más viejos de la urbe norteña, fue descubierto por un marinero en el siglo pasado.

Unos afirman que el hilo conductor que llevó al nauta fue cuando una vaca bebió agua del manantial, otros le atribuyen el hecho a un grupo de caprinos; pero lo cierto es que el pocito ha sobrevivido al cabo de los años.

En una etapa se le construyó un pequeño molino, pero cuando colapsó por el propio fragor del tiempo y la intervención de los humanos atraídos por la singularidad del lugar, el manto freático se obstruyó. Entonces se procedió a levantar uno simbólico, el que tiene actualmente, hecho a base de piedras y cemento.

Una ciudad turística

Puerto Padre, de unos 50 mil habitantes y ubicado a 740 kilómetros de La Habana, es su litoral donde se ubican playas de reconocida calidad como Covarrubias, que dispone de un hotel Cuatro Estrellas de 180 habitaciones, y otras de alto valor natural por sus aguas cristalinas y arenas finas color crema.

Puerto Carúpano, a nueve kilómetros de la ciudad de Puerto Padre, recibe barcos de gran calado para la exportación de azúcar a granel, por lo que su dársena está en condiciones de acoger cruceros.

Este puede ser un punto de llegada por vía marítima de turistas que deseen visitar por carretera a las ciudades de Las Tunas, Holguín y Bayamo, a una distancia de 52, 60 y 130 kilómetros, respectivamente.

Ya hace muchos años que no voy por ese hermoso lugar, pero hoy, sin visa y sin dinero he vuelto gracias a los recuerdos que no tienen precio.

by Gislania Bofill.
Categories: Andar Cuba, MiradaCubana





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