InicioTodoPototo y Filomeno En 1951, se estrenó la película cómico...

Pototo y Filomeno En 1951, se estrenó la película cómico musical llamada “Ho

Pototo y Filomeno
🤣😂😜🔥🎬🎼🎤📺🎥

En 1951, se estrenó la película cómico musical llamada “Hotel de muchachas”, filmada en blanco y negro, y dirigida por Manuel de la Pedrosa. En ella destacan, con sendos papeles protagónicos, Leopoldo Fernández y Aníbal de Mar, debutando en la pantalla grande como "Pototo" y "Filomeno"; cabe mencionar que Julito Díaz (el “Secretario” de "La Tremenda Corte") tuvo un papel secundario. La cinta pronto se convirtió en un clásico dentro de su género para esa época, a pesar de tener una concepción bastante liviana, y motivó a que sus actores continuaran con los personajes.

En 1955, el programa radial recibió un segundo aire de forma indirecta al estrenarse el espacio humorístico de TV "El show de Pototo y Filomeno", a través de CMQ TV, en el cual Leopoldo Fernández ("Pototo") hacía un papel muy similar al de "Tres Patines"; su compañero era nuevamente Aníbal de Mar ("Filomeno").

El espacio consistía de segmentos humorísticos y canciones de música tropical con orquesta, formato precursor en su estilo en la isla. El espectáculo fue presentado en los centros nocturnos Sierra y Montmartre de La Habana, y el éxito del mismo propició dos discos de la pareja y una segunda película ("¡Olé Cuba!") en 1957.

En noviembre de 1958, Adolfo Otero, un actor esencial del elenco, sufrió un infarto y posteriormente falleció a los 65 años. Casi simultáneamente, también murió de una causa similar Julito Diaz, el secretario en algunos episodios. Aun así, el programa siguió adelante sin ellos casi tres años consecutivos.

Cerca del año 1960 hubo un giro drástico en la producción del programa, debido a la revolución encabezada por Fidel Castro y a una sociedad políticamente convulsa que se manifestaba en esos años. Sin embargo, las circunstancias de aquel tiempo no detuvieron a los dos protagonistas principales, que años después llevarían el programa a la televisión, manteniendo la mayor parte del estilo que tuvo en la radio.

Previamente, se hicieron adaptaciones para teatros locales, en donde hubo algunas funciones polémicas, en vista de que los actores del programa (en particular Leopoldo Fernández) eran abiertamente críticos con la política, y así lo manifestaban en sus actuaciones.

El castrismo, con su rígida tendencia marxista de esos años, mostró su disconformidad con la existencia de espacios humorísticos en los medios de comunicación, sobre todo cuando sus líderes empezaron a ser objeto de los chistes.

Los años 1960 y 1961 fueron particularmente difíciles para el elenco, debido a que el Gobierno empezó a enviar grupos de simpatizantes para que escandalizaran con consignas comunistas durante las actuaciones e interrumpieran por todos los medios las funciones.

Como no lograron su fin, en 1961 se emitió un decreto por el que se obligaba a toda compañía teatral, radial o televisiva a someter sus programas a la Comisión de Censura.

A pesar de ello, una noche de ese mismo año en la que se presentaba “La Tremenda Corte”, adaptada para el Teatro Nacional, se desató una balacera por parte del cuerpo de represión G2. Leopoldo Fernández fue arrestado, y purgó una condena de 27 días de arresto domiciliario sin mayor justificación.

Luego de ser absuelto se cuenta que Fernández elaboró una pequeña pieza cómica que presentó en la capital cubana. Interpretando a “Pototo”, él y otro actor revisaban un archivo de fotos de los presidentes de Cuba para colgarlas en la pared. El otro actor mostró una foto de Fulgencio Batista y Leopoldo le dijo: —"A éste lo botas…". El actor siguió tomando diferentes figuras de políticos con la invariable respuesta del comediante: —"A éste también lo botas…". Finalmente, el ayudante tomó una fotografía de Fidel Castro; Leopoldo la miró, la mostró al público y dirigiéndose a la pared dijo con su habitual socarronería: —"Déjame, que a éste lo quiero colgar yo…".

El chiste, que en su momento tuvo gran difusión y fue repetido en todas partes, concluía con la afirmación de que esta frase fue la que obligó a su detención y posterior exilio en ese mismo año. Pero con todo y lo bien rimada, la historia fue totalmente desmentida después en Miami por el mismo Fernández que, cuando escuchó la versión de labios de un supuesto asistente al teatro durante la citada función, lo corrigió no sin cierto dejo de disgusto midiéndolo de pies a cabeza: “Caballero, si yo hubiera hecho y dicho aquello, no estaría ahora aquí contando el cuento…”.

De cualquier manera (fuese el evento citado real o sólo una especie de "leyenda urbana"), la policía de Castro clausuró el espectáculo teatral de “La Tremenda Corte” y las presentaciones de "Pototo y Filomeno" de forma definitiva.





Most Popular