InicioTodoXiomara Alfaro, la María Callas olvidada de Cuba Una de las voces...

Xiomara Alfaro, la María Callas olvidada de Cuba Una de las voces más prodigiosa

Xiomara Alfaro, la María Callas olvidada de Cuba Una de las voces más prodigiosas de la música cubana, comparada con María Callas e Yma Sumac, Xiomara Alfaro cantó en seis idiomas y pasó con facilidad de una canción napolitana a una guaracha cubana, y de clásicos mexicanos a cantos tradicionales de toda Latinoamérica y del Caribe. Sin embargo, fue una artista olvidada por la Revolución Cubana a pesar de numerosas apariciones en las revistas cabareteras Batamú, Bondelle o Sun Sun Babaé en su época de gloria. Eso sí, muchos cubanos todavía recuerdan sus originales interpretaciones de Moliendo café, Noche de ronda, María escandalosa, Siboney o Bahía. Fue una voz única, lírica, soprano, impactante, y debió a sus numerosos viajes la riqueza de su repertorio tan internacional.
De ascendencias africana y china, Xiomara Alfaro nació en Marianao, La Habana, el 11 de mayo de 1930. La música no hacía parte de su ámbito familiar; su padre vendía libros y objetos religiosos, y, de adolescente, ella ambicionaba otras carreras y no la de cantante. “Nunca pensé ser artista«, contaba en una entrevista. «Quería ser enfermera, hacer tantas cosas, pero Dios quiso darme la voz para ganarme el pan de cada día. Conocí a un muchacho que era bailarín, Alexandre. Él me escuchaba cantar en mi casa y siempre me decía que yo debía dedicarme al canto”.

A los 16 años escuchó en Radio Cadena Suaritos una convocatoria en el céntrico Teatro Martí para la revista de ritmos afro Batamú, producida por Jesús Lizama, Borroto y Obdulio Morales. Se presentó cantando Siboney de Ernesto Lecuona y fue contratada como una de las protagonistas del espectáculo. El show fue un fracaso, pero en 1947, Xiomara logró integrar, al lado de Elena Burke y Celia Cruz, la vodevil Serenata mulata en el Teatro Fausto de La Habana Vieja. Las coreografías eran de Rodney y la música de Bobby Collazo.

A principios de los años 50, protagonizó con Merceditas Valdés y Celia Cruz el espectáculo del Sans Souci Bondelle, precursor de Sun Sun Babaé, presentado en el mismo escenario antes de ser comprado por el Tropicana. Allí, contaba Xiomara, “me dieron el contrato, pero nunca me incluyeron de solista; me daban trabajo con el coro. Sin embargo, a todo el mundo le llamaba la atención mi voz”.

Una de las personas que quedaron fascinadas por Xiomara fue la bailarina norteamericana Katherine Dunham, quien la escuchó cuando la revista fue montada de nuevo en el Sans Souci en 1953 y la reclutó junto al percusionista Francisco Aguabella para el rodaje en Italia de la película Mambo (1954), dirigida por Robert Rossen. Allí enseñó a cantar “a la cubana” a la actriz Silvana Mangano y conoció a Vittorio Gassman, Michael Rennie y Shelley Winters. Se instaló entonces en Nápoles donde dio clases de canto y aprendió numerosas canciones típicas de esa ciudad. Con la compañía de Katherine Dunham viajó a y a las tierras soleadas de Portugal y Grecia, así como a Bélgica, Francia y algunos países latinoamericanos.

Al acabar su contrato con la compañía Dunham en Argentina en 1955, Xiomara regresó brevemente a Cuba y siguió intentando conseguir fama en América Latina. Viajó a Santiago de Chile donde, anunciada como “la voz exótica del trópico”, cantó la guaracha Atrácale el bote en la comedia El Gran Circo Chamorro de José Bohr. Pero fue en Lima, que la esperaba la notoriedad. En la capital andina cantó delante del Presidente de la República y su esposa, además de grabar su primer disco, un 78 RPM de marca MAG (MG-344). La cara A contenía una versión beguine de la canción napolitana Luna Rossa (acreditada erróneamente a su intérprete Nicola Paone en lugar de Vincenzo De Crescenzo y Vian), y la cara B el mambo Sube espuma de Obdulio Morales. La orquesta acompañante era la de Eugenio Molina. Siguieron otras grabaciones MAG con la misma orquesta, todas recopiladas en LP cinco años más tarde en Perú (Sube espuma, MAG LP-2007) y en Venezuela (Mis primeros éxitos, Sonus LPS-1024).

Tras su éxito en tierras andinas, donde su repertorio permaneció vivo en la voz de su admiradora Edith Suárez Barroto del Trío Yemayá, Xiomara hizo un regreso triunfal a La Habana. El Tropicana le ofreció protagonizar dos shows sucesivos de enero a mayo de 1956 (sólo interrumpidos por las presentaciones de Nat King Cole y Billy Daniels): Noches del Trópico, junto al Cuarteto D’Aida y Dandy Crawford, y Seis lindas cubanas, con Celina y Reutilio, Ramón Veloz y las Hermanas Lago. Después de un show en el Teatro Campoamor, la RCA-Victor la contrató para grabar con la orquesta de Ernesto Duarte. Las cuatro primeras grabaciones, realizadas el 15 de agosto de 1956 en los estudios de la CMQ y reunidas en dos discos de 78 (23-7067 y 23-7068) y 45 RPM (51-7067 y 51-7068), fueron Luna rossa, Lágrimas de estrellas, Anema e core y el potpourri Noche de ronda / Amor, amor. Siguieron diez títulos más en enero y marzo de 1957, bajo la dirección de Ernesto Duarte y Chico O’Farrill. Todos los temas, a excepción de Ave María no Morro y Barqueiro do Sao Francisco, constituyeron el primer LP de Xiomara, titulado Siboney (LPM-1533). En el mismo periodo, Xiomara participó en el Teatro Blanquita en una función de Ernesto Lecuona y en el rodaje de dos películas realizadas en Cuba: Yambaó, protagonizada por Ninón Sevilla, y con Celia Cruz, Olga Guillot, Paulina Álvarez, Martha Jean-Claude, Dandy Crawford y Merceditas Valdés; y Olé Cuba, con Pototo y Filomeno, Los Llopis, Celia Cruz y la Sonora Matancera. El año siguiente, en 1958, Xiomara pisó de nuevo los estudios de la CMQ para grabar por la RCA-Victor ocho títulos con la orquesta de Adolfo Guzmán y cuatro con la de Bebo Valdés. Doce canciones internacionales compiladas en el LP Latin Nightingale (LPM-1787).

La segunda mitad de los años 50 también fue marcada por numerosos viajes de Xiomara a tierras extranjeras, de las que destacan: Finlandia —cantó en el centro nocturno Kavohuone de Helsinki—, Francia —en el Moulin Rouge en 1959—, Italia —en el Teatro Sixtina de Roma en 1957—, y Republica Dominicana —en 1957 y 1958, en televisión y en la estación de radio La Voz Dominicana y su sala Night-Club, acompañada por la Super Orquesta San José de Papa Molina—. En 1960 hizo sensación en el baile de despedida de la Princesa Margaret en Inglaterra, apareció en la película mexicana Canciones unidas con Yma Sumac, Lola Beltrán y Myrta Silva, y dos discos grabados con el Conjunto Sem Nome —formado por Ruy Nunes (voz), José Correia (acordeón), Adelino Vellez (ritmo) y António Braga (viola)— por el sello portugués Alvorada (MEP-60341 y MP-60374) dan fe de su éxito en Lisboa. Venezuela fue otra de sus etapas importantes en 1961. Allí, a petición del compositor Hugo Blanco, grabó una exitosa versión de Moliendo café. Se puede escuchar en el LP Sonus La inimitable Xiomara Alfaro (LPS-1036), junto a otros éxitos internacionales en los que estuvo acompañada por la orquesta de Eduardo Cabrera y el conjunto de Mario Suárez con Amado Lovera al arpa. Otros LPs grabados en Caracas son Besos en mis sueños (RCA-Victor LPV-7008), con el respaldo del Trío Los Latinos y las orquestas de Eduardo Cabrera, Carmelo Larrea, Willy Gamboa y Frank Sangronis; y Xiomara Alfaro en Música venezolana (Discomoda DCM-241) basado en un repertorio de Amilcar Segura.

Cada vez más alejada de Cuba, se instaló definitivamente en Estados Unidos en 1962, donde grabó para el sello Seeco el LP En Gira (SCLP-9228) —sin ningún tema cubano—. Su álbum siguiente, En Nueva York (Tropical TRLP-5118), con Joe Cain y su orquesta, marca su asentamiento en la Gran Manzana. Xiomara Alfaro Sings International Flavors (Jubilee JGS-8010), de 1966, es otro de sus discos realizados allí en un intento —fallido— de seducir al público anglófono—. También promocionó un 45 RPM con versiones de Ave Maria no Morro (Jubilee 45-5611) en portugués y en español—. El año anterior se había casado con el pianista y arreglista panameño Rafael Benítez, quien se convertiría en el principal cómplice de sus siguientes giras artísticas y producciones discográficas como los LPs Cuando Vuelva a tu Lado (Remo LPR-1629), Hoy por hoy (Borinquen LP-1004), La sublime (Lewdisc International SL-2007), No puedo ser feliz (Tone Latino Tl-1465), Recordar es vivir (Xiomara Records XI-1615), con su repertorio de canciones de los años 40, In This I Believe / En Ellos yo creo (Zambia ZLP-1001), su disco lo más buscado y una confesión de fe en la santería, con Mauricio Smith y Cándido Camero, y El alma de los pueblos (Kolé LPK-32615).

En los años 80 y 90 siguió ofreciendo numerosos galas y homenajes a la comunidad latina de Florida y Nueva York, pero poco a poco se fue desvinculando de la música popular cubana para consagrar su tiempo a la religión cristiana y al canto sagrado, como lo ilustra una de sus últimas producciones (Oremus Records LP-1-34): Amen.

Los impresionantes matices de su voz se pueden escuchar en esta playlist que Carlos Elías recogió para su programa Calle Heredia en Radio Gladys Palmera:

Si Xiomara Alfaro hubiera nacido diez o quince años después, su bella voz de soprano se hubiera escuchado en los escenarios de ópera del mundo. Xiomara fue una artista integral, centro de atención de revistas musicales y figurante en varias películas; pero su principal característica fue su voz: capaz de alcanzar tonos altísimos y mantenerse sin esfuerzo en la quinta escala. Una joya que brilló en medio de una generación brillante de cantantes cubanas.




Ver post actual

Most Popular