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"Caridad Mercader: el fanatismo de la madre del hombre que mató a Trotski"

En este artículo hay dos tipos de refranes que le vendrían muy bien. 🤔🙄

"Haz lo que yo digo y no lo que yo hago"

" Y que detrás de un extremista hay oportunistas"…

Eustacia María Caridad del Río Hernández (Santiago de Cuba, 29 de marzo de 1892 – París, 1975), más conocida como Caridad del Río, Caridad Mercader o Caritat Mercader —por el apellido de su marido—, fue una militante comunista catalana y agente del NKVD soviético. Es especialmente conocida por ser la madre de Ramón Mercader, el asesino de León Trotski, y por haber participado personalmente en la operación.

Se llamaba Caridad del Río, aunque es más conocida por el apellido de su marido, Ramón Mercader, el joven de buena familia con el que se casó, a los 17 años, en la Barcelona de principios del siglo XX. Caridad había nacido en Santiago de Cuba, tenía una buena educación y parecía destinada a crear una familia de la burguesía de Barcelona, con veladas en el Liceo y el hipódromo, al que era muy aficionada.

Sin embargo, terminó decantándose por la política. Cuando la familia tuvo problemas y su fortuna se esfumó, Caridad, madre ya de cuatro hijos, optó por refugiarse en los ambientes bohemios y anarquistas de Barcelona. Cambió radicalmente su modo de vida hasta el punto que se especula con que llegó a colaborar en la colocación de una bomba en la empresa de los Mercader. La familia, asustada, la internó en un psiquiátrico, de donde la liberaron sus amigos anarquistas. Esta traumática experiencia le provocó un gran resentimiento hacia su clase social.

Caridad decidió huir con sus hijos al sur de Francia, pero, poco después, intentó suicidarse debido, dicen, al abandono de su amante, un aviador francés. Se traslada entonces a París, donde abandona el anarquismo y entra en contacto con el comunismo. Es expulsada de Francia en 1935 por su actividad política. Regresa a Barcelona y participa en la creación del PSUC, el partido de los comunistas catalanes. Durante la Guerra Civil tendrá un papel muy activo. Resultó herida grave en un bombardeo en el frente de Aragón, perdió a su hijo mayor en el frente de Madrid y reclutó a Ramón, otro de sus hijos, para el espionaje soviético, con el que ya estaba colaborando.

Por su fervor comunista fue conocida como la pasionaria catalana. Ramón Mercader se convertirá luego, en México, en el asesino de Trotski, en el hombre que clavó el piolet al exiliado ruso, el enemigo más encarnizado de Stalin. Caridad le esperaba fuera en un coche, aunque las cosas no salieron como habían imaginado. Mientras su hijo era detenido y encarcelado, Caridad viajaba a Moscú, para ser recibida con todos los honores.

Caridad fue una estalinista convencida y siempre vivió su ideal político con fanatismo. Sin embargo, pasó sus últimos años en París, viviendo de una pensión que le pagaban los soviéticos hasta su muerte en 1975. Cuando visitaba a sus hijos en Moscú, no entendía las estrecheces económicas en que se encontraban, quizá porque ella nunca dejó de ser una burguesa y siempre perteneció a la élite del partido.

Wikipedia. Ultimos dias.

Caridad abandonó México en noviembre de 1945 y recibió autorización para instalarse en París, donde vivió con pasaporte cubano hasta su muerte. Se estableció en un piso de la calle Rennequin, 25, cerca del Arco de Triunfo y recibió durante toda su vida una pensión del gobierno soviético .En la capital francesa vivían también sus hijos Jorge y Montserrat, a los que veía regularmente —existen fotos de Caridad dándole el biberón a Jean, hijo de Montserrat, en 1963.

Tras producirse la Revolución Cubana, el músico Harold Gramatges fue nombrado embajador cubano en Francia y contrató a Caridad Mercader para dirigir las relaciones públicas de la embajada de Cuba en París. Trabajó allí entre 1960 y 1967. De acuerdo con su hijo Luis, «organizaba recepciones, los protocolos, y recibía personalidades francesas y de otros países», tal como le relató el propio Gramatges en 1978. Sin embargo, en sus memorias, Vidas para leerlas, el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante —que fue enviado en 1962 a Bruselas como asesor cultural de la embajada cubana— la menciona, aludiendo a una «vieja seca y desagradable» que había sustituido como recepcionista de la embajada a la «hermosa habanera» que había antes. Según Cabrera Infante, Gramatges le decía que «Cachita» —aludiendo a su nacimiento en Santiago de Cuba— era «más estalinista que Stalin». Luis Goytisolo, que colaboró en aquella época con la Revolución Cubana, conoció a Caridad Mercader en la embajada parisina antes de viajar a Cuba durante la crisis de los misiles. Según Goytisolo, fue Martha Frayde, representante de Cuba ante la Unesco entre 1962 y 1965, quien le reveló la identidad de la recepcionista de la embajada, pidiéndole que se lo comunicase al ministro de Asuntos Exteriores cubano Raúl Roa. Goytisolo añadió que Roa, al conocer del asunto, hizo regresar a Caridad a Cuba. Aunque existe una foto de Caridad Mercader en Cuba en 1962,[160]​ el testimonio de Luis Mercader no menciona que su madre se hubiese trasladado a Cuba durante un periodo largo de tiempo ni que hubiese sido despedida de su trabajo en la embajada cubana.[ao]​

El 6 mayo de 1960 Ramón Mercader acabó su condena, y pudo viajar a Moscú con un pasaporte checoslovaco. Allí, donde seguía viviendo su hermano Luis, se estableció con su esposa Roquelia. A partir de aquel momento Caridad viajaría esporádicamente a la URSS a visitar a sus hijos y nietos. Según su hijo Luis, nunca pudo adaptarse a la vida en la Unión Soviética y le atribuye la frase «[yo] solo sirvo para destruir el capitalismo, pero no sirvo para construir el comunismo». A pesar de los esfuerzos que hacían sus hijos para hacerle a Caridad más confortables sus visitas, siempre era sin resultado. Para Luis, su madre nunca pudo reconocer el fracaso del comunismo y que habían luchado «por una utopía». También añadió que «[se] volvía a París enferma, completamente desanimada y desilusionada. Pero continuaba con testarudez siendo comunista, creyendo en su doctrina y adorando a Stalin».

En los últimos años de su vida la cuidaron su hijo Jorge y su nuera, Germaine. Murió en 1975, a los 82 años, meses antes de la muerte del dictador Francisco Franco en España. Fue enterrada en el cementerio parisino de Pantin, en una tumba que compartió con su yerno, el marido de su hija Montserrat. La embajada soviética en París se hizo cargo de los funerales y del entierro.

Nota: Modesta Cruz nos introduce en la agitada y extrema vida de Caridad del Río con la ayuda de su biógrafo, el profesor Gregorio Luri. También recuperamos del Archivo de RTVE el testimonio de su hijo pequeño, Luis Mercader, ya fallecido, que en los años noventa salió de Rusia y se estableció en España.

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