MIRTA DE PERALES.
La empresaria cubana que embelleció a las grandes estrellas, siendo homenajeada, en 1982, por el presidente de Los Estados Unidos Ronald Reagan….
Por. Henry Puente.
Mirta de Perales, la cosmetologa de las grandes estrellas, quien fue famosa en la televisión estadunidense, conocida internacionalmente como un ícono en el mundo de la belleza y el cuidado del cabello, nació el 2 de septiembre de 1922 en Rancho Veloz, Las Villas, Cuba, aunque desde la temprana edad de 14 años, decidió abrirse paso en La Habana, donde colocó un exitosísimo negocio.
La Perales, antes de esté soñado triunfó, creció empobrecida en su ciudad natal, sus padres ni siquiera podían permitirse comprar sus zapatos, a los 12 años su madre se fue a trabajar a La capital de la isla dejando a Mirta a cargo de sus hermanos y hermanas.
Habiendo siempre estado interesada en la belleza y apariencia de las mujeres, en un momento descubrió que podía ganar unos centavos cortando y peinando el cabello de sus vecinos para ayudar a su familia, después de unos días de peinar el cabello en su vecindario, había ganado unos cuantos dólares y llamó a su madre para que volviera a casa porque «ahora eran ricos».
Creando los productos de belleza intemporales que conocemos y amamos.
Luego conoció a Benito Perales, un farmacéutico con el que se casaría. Benito le ayudó a crear los productos que la harían famosa. Más tarde abrió su salón de belleza en La Habana, el cual creció hasta convertirse en uno de los más grandes de América Latina.
En 1962 el gobierno cubano intervino y tomó posesión de su salón de belleza y tomó a Mirta como prisionera. Pasó nueve días en El Morro, una prisión para aquellos que ellos consideraban anti-revolucionarios. Esa experiencia fue lo que la motivó a dejar Cuba.
Mirta se fue de Cuba con sus dos hijos y sólo cinco dólares en su bolsillo. Alrededor de una semana después de llegar a Miami, Florida, ya estaba cortando y peinando el cabello de nuevo, reconstruyendo lentamente su clientela, después de un par de años pudo abrir su salón de belleza en Coral Gables, Florida. Durante ese tiempo también comenzó a desarrollar de nuevo sus productos para el cabello. Gracias a su inteligente sentido de los negocios y su innegable carisma, pudo reconstruir su negocio y comenzar a distribuir sus productos en Puerto Rico.
Poco después Mirta comenzó a distribuir sus productos a nivel nacional, comenzando en Nueva York, donde pudo exhibir sus productos en Macy’s ubicado en Harold Square, el legado de Mirta de Perales fue reconocido por el presidente Ronald Reagan en una ceremonia en la Casa Blanca en la que afirmó que ella era «El sueño americano».
Siempre buscando una nueva forma de conectarse con su público, Mirta comenzó su programa de televisión «Cinco Minutos con Mirta de Perales». Este programa de televisión permitió a Mirta establecer una relación con sus clientes, explicarles cómo usar sus productos y discutir los asuntos cotidianos. En este tiempo Mirta también creó un concurso de belleza dando a los niños la oportunidad de viajar a Miami y Orlando para una semana de competencia para convertirse en «Chico Mirta», el ganador del concurso aparecería en el programa de televisión de Mirta y también aparecería en uno de los anuncios de televisión dentro de su programa.
Mirta de Perales, falleció el 3 de mayo del 2011, tenía 88 años de edad, el deceso ocurrió tranquilamente en su residencia de Miami Beach, víctima del mal de Alzheimer, de Perales, quien había sido rica y famosa en Cuba hasta 1962, no guardo amarguras en su corazón, a pesar de verse obligada al forzado exilió, siempre mantuvo el anhelo de regresar a la tierra que la vio nacer acompañada por sus dos hijos, único deseo que no pudo cumplir.
Hoy en día, el legado de Mirta continúa a través de su hija, Mirta C. Perales, «Mirtica», quien de niña trabajó junto a su madre en todo lo concerniente a la empresa, siguiendo los pasos de su madre, siempre está buscando nuevos productos e información para ayudar a satisfacer las necesidades de cuidado del cabello y de la piel de las mujeres, enfocándose específicamente en la mujer universal.
