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La televisión en Cuba.

La televisión en Cuba. Entre los pioneros.

En 1950 Buñuel estrenaba Los olvidados, estallaba la guerra de Corea, Libia se independizaba de Italia y el papa Pío XII promulgaba el dogma de la Asunción de María, mientras que de hecho se profundizaba la llamada “Guerra Fría” entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.
Pero en nuestro continente, otro hecho llamaba la atención en Sao Paulo, La Habana y Ciudad de México, porque fueron los primeros que vieron aparecer la televisión ante sus ojos. Por apenas unos días México comenzó las transmisiones antes que Cuba, pero Cuba contaba con quien, en justicia, después llegaría a alzarse como pionero y, tan seguro de serlo que había mandado a edificar sin mayores apuros un imperio para la televisión antes de comprar una sola cámara: el vasco Gaspar Pumarejo, pero los hermanos Mestre no se quedaban atrás, y Cuba sería durante muchos años la gran productora de programas y la más moderna televisora de latinoamérica. Y además llegaría a ser los primeros en complejas transmisiones remotas y en la televisión a color.
Goar Mestre, graduado de negocios en la prestigiosa Universidad de Yale,y exitoso empresario en diversas facetas, entre ellas en la radio y la publicidad, no podía entender cómo el autodidacta Gaspar Pumarejo, desde su casa, había logrado lanzar un canal de televisión. Pero Pumarejo sabía vencer obstáculos durante toda su vida, ya que fue vendedor de telas en la calle Muralla, cantante de tangos y, a base de ganarse la vida, había entrenado la sonrisa y logrado convertirse en el imprescindible de la radio cubana, llegando a ser jefe de programación del circuito CMQ, la más importante radio de Cuba y propiedad de Goar Mestre.
La televisión, en su nacimiento incorporó del cine su formato proporcional de la pantalla 4: 3, la cual, cuando la televisión se hizo masiva, en la segunda mitad del siglo XX, el cine ya había desechado para comenzar a utilizar el formato 16 de ancho por 9 de alto que después sería la base de la televisión de alta definición, en el siglo XXI. Así, la televisión fue ganando la competencia con los otros medios de comunicación masiva (prensa, cine y radio).
La fuerte competencia entre Mestre y Pumarejo contribuyó a que cinco años después Cuba exportara técnicos de televisión y libretos de telenovelas a todo el continente, y a que La Habana se convirtiera en capital de la música popular. Nat King Cole vendría a grabar con la orquesta de Armando Romeu. Edith Piaf, Frankie Laine, Johnnie Ray, Pedro Vargas, Katyna Ranieri y otras estrellas de la música internacional colmarían los cabarets Montmartre, Tropicana y Sans Souci, gracias a la televisión se haría famosos muchos artistas latinoamericanos. La cantante argentina Libertad Lamarque, cuando se presentó en 1955, en el programa estelar Casino de la Alegría, pidió disculpas al confesar que era la primera vez que se presentaba en televisión, ya que en su país no existía este medio de comunicación. El que fundó este sistema en su patria fue el pionero cubano Goar Mestre.
Como ocurría en toda la economía, Cuba fue campo de experimentación de la mayoría de las tecnologías y modelos norteamericanos y ello permitió a nuestro país, convertirse en el pionero en habla hispana de numerosas prácticas televisivas.
Gracias a ello, La Habana fuera la primera fuera de EE.UU., y por ende en el resto del mundo y en particular en Ibero América, en inaugurar una televisora con la tecnología a color.
El segundo país del mundo después de USA en transmitir emisiones de televisión en colores, se materializó en 1958 con Tele-Color, S.A., ubicada en el Hotel Habana Hilton, y permitió a Cuba tener el tercer canal de TV a color de la historia del mundo, al que solo le antecedieron Estados Unidos con dos señales, y el resto de los países del mundo lo hicieron a finales de la década del 60 y en la del 70, muchos años después.
El 19 de Marzo de 1958 a las 6 am., comenzaron las transmisiones, que se alargarían a veinte horas continuas ( entre 6 am y 2 a.m.) con noticias, documentales, entretenimiento y películas de largometraje. RCA era la que suministraba la tecnología y la inauguración de esta televisora contó con un espectáculo artístico de tres horas de duración, animado por los principales ejecutivos del flamante canal, Gaspar Pumarejo y Otto Sirgo un popular animador y actor.
El Hotel Habana Hilton, donde radicaban los estudios y transmisores, fue inaugurado en similar fecha y catalogado entonces como el edificio más alto del mundo fuera de EE.UU. fue regenteado por la ya tradicional Cadena Hilton norteamericana.
Con transmisiones remotas mediante microondas, la lucha libre, la pelota , el boxeo y espectáculos en teatros se convirtieron en espacios habituales para los televidentes cubanos. Las primeras trasmisiones de pelota, nuestro deporte nacional, fueron hechas por el canal 4, con una curiosidad: empezaba con dos cámaras de TV nada más y al concluir el noticiero que se trasmitía hasta las 8:30 pm, incorporaban una tercera, la cual desmontaban en el estudio y se trasladaba hacia el Estadio del Cerro.
Cabe mencionar que también fueron los pioneros al transmitir la primera serie mundial de baseball en 1955 en vivo empleando un avión. Un remoto de Grandes Ligas para la transmisión de la Serie Mundial, que bien merece una reseña.
En 1953 desde el 30 de septiembre hasta el 5 de octubre, CMQ TV transmite los juegos de la Serie Mundial de Beisbol (New York Yankees vs. Brooklyn Dodgers) con apenas dos horas de retraso desde que hubieran finalizado en New York. Se filmaban en un canal de Miami situando una cámara de kinetoscopio frente a una pantalla de TV. A mitad del partido, las primeras cintas se llevaban al aeropuerto, desde donde un avión caza de la Fuerza Aérea Cubana las llevaba hasta Rancho Boyeros y de allì un carro de la televisora, con motociclistas de la policía que le van abriendo paso, las lleva a Radiocentro donde son reveladas en los laboratorios fílmicos y transmitidas. Para la segunda mitad del juego se hace la misma operación, de manera que los televidentes presenciaron los partidos sin interrupción. Toda una proeza para la época, muy parecida a los de los cines de barrio, que en bicicleta llevaban los distintos rollos de película de un cine a otro, al contarse con una sola copia.
Y ya en 1954, del 29 de septiembre al 2 de octubre, el Canal 6 CMQ pone en marcha una idea de uno de sus ingenieros: Enrique Valdés Pagés, al transmitir en directo los juegos de la Serie Mundial de Beisbol (New York Giants vs. Cleveland Indians) utilizando un avión como repetidor de la señal generada en los Estados Unidos. Un Douglas C-46 de Cubana de Aviación, con los técnicos de CMQ TV y los equipos necesarios, vuela ininterrumpidamente sobre el mar que separa Cuba de la Florida, a 10 mil pies de altura y a unos 50 kilómetros de Matanzas, durante todo el tiempo que dure la emisión del partido que se celebra indistintamente en New York o en Cleveland
Su antena receptora capta la señal de WBTJ Canal 4 de Miami y la envía, gracias a un transmisor RCA alimentado por una planta eléctrica y a una antena emisora, hasta un puesto receptor situado en La Cumbre, Matanzas. Desde allí, dos equipos de microondas envían la señal de imagen y sonido en directo hacia distintos destinos. Uno la lleva hasta la planta de Hershey y de aquí hasta La Habana. Otro, a través de las plantas de Coliseo, Colón y Manacas hasta la de Santa Clara.
Para no sufrir los contratiempos inesperados que pudieran afectar la recepción, los ingenieros probaron, con buenos resultados, otros dos sistemas para captar la señal del Canal 4 de Miami.
Así, durante la transmisión podría escogerse entre las tres señales, la que se recibiera mejor ya que los “desvanecimientos” eran incontrolables al depender de condiciones atmosféricas variables. A pesar de todo el despliegue técnico ya citado y para asegurar la transmisión por si acaso, se validó la opción del año anterior que consistía en traer en dos o tres vuelos diarios desde la Florida los kinescopios grabados en una estación de Fort Lauderdale y revelarlos en Radiocentro. Estas filmaciones se transmitieron por el Canal 7 de La Habana a las 6 p.m. y se llevaron por vía aérea hasta Camagüey y Santiago de Cuba para ser emitidos a las 3 de la tarde del día siguiente.
La exitosa operación, precursora de las futuras transmisiones deportivas vía satélite, fue considerada un gran logro y tuvo amplia repercusión en la prensa internacional.
El 6 de agosto de 1960 todas las plantas de radio y televisión pasarían a integrar el ICR (Instituto Cubano de Radiodifusión), luego ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión). Fidel Castro se haría entonces omnipresente en la pequeña pantalla a todas horas en todos los hogares cubanos. Sus maratónicos discursos ocuparían noches enteras, desplazando al resto de la programación.

Fuente:carlosbua

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