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LA MARAVILLOSA HABANA NOCTURNA DE LOS AÑOS 50 y 60.


LA MARAVILLOSA HABANA NOCTURNA DE LOS AÑOS 50 y 60. SUS ESPLENDOROSOS ARTISTAS, LA FABULOSA Y EXCITANTE CIUDAD QUE NUNCA DORMÍA….

Por. Henry Puente.

Una ciudad de ensueño que nunca dormía, donde había y se podía disfrutar para todos los gustos existentes en el planeta Tierra, cientos de artistas, de todas las especies y géneros, adornaban sus increíbles noches, una Villa repleta de diversión y complacencia, llena de luces, brillo y éxtasis.

Los habaneros nacidos y criados en la capital cubana, y los que venían de las provincias, formaban un coro de insomnes cuando residían o visitaban su capital, atraídos unos y otros, por las variadas ofertas en el mundo musical.

Quienes gustaban de bailar eran asiduos concurrentes a los jardines de las cervecerías La Polar y La Tropical, en Puentes Grandes, donde el baile se convertía en una especie de deporte que competía a la par con el gusto por el béisbol o el boxeo, un poco más privados, se podía mover el esqueleto en los Centros Gallego, Asturiano, Deportivo La Estrella y en el club Candado.

Aparte de los bares abiertos, algunos hasta altas horas de la noche, los centros nocturnos de diferentes categorías y para todos los gustos, adornaban a lo que en aquellos años se denominaban como barrios habaneros, el cetro del reinado se lo llevaba el Cabaret Tropicana, preferido tanto por extranjeros como por criollos y convertido en un sitio de leyenda donde mostraron sus artes figuras de la talla Nat King Cole, Maurice Chevalier, Carmen Miranda, Liberace, Pedro Vargas, Celia Cruz, Olga Guillot, Chano Pozo, Rita Montaner, Rosita Fornés, Tongolele, Los Chavales de España, Bebo Valdés, Sonia Calero, Libertad Lamarque, Armando Romeu y otros. Entre los que fueron a aplaudir los fastuosos espectáculos del coreógrafo Rodney (Roderico Neyra), allí estuvieron Ava Gardner y un joven que llegaría a ser presidente de Estados Unidos John F. Kennedy, en competencia leal fueron abriendo sus puertas a grandes shows con guión y una historia contada, lugares como el Parisien, del Hotel Nacional, el Montmartre, el cabaret Sans Souci, y el famoso Salón Rojo del Hotel Capri.

El cabaret casino Sans Souci, estaba situado en Arroyo Arenas, en el kilómetro 15 de la Carretera Central en la vía hacia Pinar del Río y contaba en la década del cincuenta con un largo historial que se remontaba hacia 1914, la traducción de su nombre en francés quiere decir sin preocupaciones y gozó de gran popularidad por los grandes espectáculos que allí se ofrecían. Uno de sus codueños lo fue Arsenio Mariño, natural de Galicia y quien fuera el padre de la destacada actriz Yolanda Far, en 1930 dejó el negocio para acompañar a sus gemelas, ambas cantantes, en una gira por Sudamérica,
Norman Rothman, era el gerente del Sans Souci en los primeros años de la década del cincuenta, del 53 al 55, la cancionera Olga Chaviano fue la reina de sus noches, de su etapa allí surgió su primer hijo en 1956 producto del romance que sostuvo con Rothman, en el 55, Lefty Clark, se hizo cargo del negocio, ampliándolo y añadiéndola máquinas tragamonedas a sus salones, aparte de su sala de juego, contaba con el Nevada Coctail Lounge, con un espectáculo independiente del show principal, como animadoras contrató a figuras como Marlene Dietrich, Liberace y Susan Hayward, durante las temporadas del 57-58,
Sans Souci producía sus propios discos de la música de sus shows, dirigidos en los últimos años por Alberto Alonso, y que no tenían nada que envidiarle a los de Tropicana.

Entre las grandes figuras que subieron a su pista se encuentran Tony Martin, Frank Sinatra, Kirk Douglas, Nat King Cole, Mario Moreno (Cantinflas), el boxeador Rocky Marciano y la cantante de jazz Sarah Vaughan. Clark amplió el cabaret y su salón principal en que podían ver sentado sus espectáculos más de mil clientes, además de un techo de cristal para cuando hubiera mal tiempo, al ser gran amante del jazz, contrató figuras como Johnny Mathis, Tony Bennet, Dorothy Dandridge, Johnny Ray, Tommy Dorsey, June Christy, Dorothy Dandridge, igualmente, recibió con alegría la visita a ese sitio de su íntimo amigo Marlon Brando, en su primer viaje a La Habana.

Montmartre era otro de los que competía en cuanto a las grandes figuras internacionales y su escenario fue testigo de las actuaciones de la gran Edith Piaf y la norteamericana Lena Horne, a quien acompañaba, además, como tarjeta de presentación su interpretación del tema de la cinta Stormy Weather, ubicado en lo que fuera una vez una pista de carrera de galgos, a menos de un suspiro de La Rampa, en el céntrico Vedado, era el favorito de cubanos con buenos medios económicos y de los turistas, con sus grandes espectáculos, en un día fatídico de la década del 80, fue víctima de un incendio voraz y hasta estos momentos sus ruinas continúan allí, a pesar del tiempo pasado y su cercanía a uno de los más insignes lugares de la capital cubana.

El Parisién, del Hotel Nacional, tiene en su récord voces como la Eartha Kitt, Vic Damone, Nat King Cole, René Cabell, Esther Borja, Lola Flores, Elena Burke, Martha Strada, Los Modernistas, Yma Sumac, Rosita Fornés, con la animación de Mario Martínez Casado, en los sesenta estuvieron Las D’ Aida, las orquestas Aragón y Enrique Jorrín etc.

En diciembre de 1957 se inauguró el salón Copa Room, del hotel Habana Riviera, con la presentación de la cantante y actriz hollywoodense Ginger Rogers, bajo la administración de Meyer Lansky. Al triunfo de la Revolución en 1959, desaparecieron sus salas de juegos, pero todavía por la pista del cabaret hubo producciones de altos kilates, como el teatro Negro, debido al genio artístico del director y productor Manolo Riffat, allí, en los 60 recuerdo el mano a mano, entre las dos voces más populares, Martha Strada y Jorge País, el cuarteto de Meme Solís, Luisa María Güell, Juana Bacallao y muchas estrellas más de esa época.

El actor norteamericano George Raft, fue el encargado de darle la bienvenida a los parroquianos que asistieron a la inauguración del Salón Rojo del Hotel Capri, en el centro del Vedado, luego del año 59, sus representantes abandonaron el país y el 23 de junio de 1961, su gran sala de juegos se convirtió en un cabaret, nombres emblemáticos nacionales y extranjeros iluminaron sus espectáculos, la gran diva Olga Guillot, Fernando Álvarez, Gina León, Lino Borges, Omara Portuondo, Moraima Secada, Celeste Mendoza, Tito Gómez, César Portillo de la Luz, entre los primeros y Frank Sinatra, Nat King Cole, Pedro Vargas, Libertad Lamarque, Tony Martin y Liberace, entre los segundos, detrás de las producciones estaba la dirección y coreografía de Carlyle.

Pero no todo era luces y lentejuelas, hay quienes disfrutaban de lugares más íntimos, enseñoreados por figuras nacionales de reconocida calidad como el Scherezada, el Pico Blanco del Hotel Saint John´s, el Atelier, el Club Imágenes y El Gato Tuerto, el Imágenes estaba inspirado su bautismo en una canción emblemática del compositor Frank Domínguez y El Gato Tuerto, fundamentalmente en principio de la década del 60, lo centralizaron, el dúo las Capella y la actriz y cantante Miriam Acevedo, el famoso lugar fue testigo de la lectura por el escritor cubano Virgilio Piñera de uno de sus grandes poemas, no era nada raro encontrarse en ese sitio con destacados intelectuales del patio e internacionales.

De esa época no se puede dejar fuera de está relación al Ali Bar, cuyos principales anfitriones fueron la inmensa Blanca Rosa Gil y el genial Benny Moré, a quien escoltaban figuras como Fernando Álvarez, Celestes Mendoza, Orlando Vallejo, Ñico Menbiela, Orlando Contreras y otros. Moré, una leyenda hecha canción, se presentaba allí con un pequeño grupo acompañante, que incluía al fabuloso trombonista Generoso Jiménez, pero si su estelar banda estaba en La Habana, no era raro el encuentro musical con Benny en otros sitios como La Campana, El Sierra, Tropicana y Montmartre, por cierto, en este último lugar, se presentó junto a Rita Montaner en la obra El solar, dirigida por el coreógrafo Alberto Alonso, aunque al acercarse la madrugada, el Beny siempre finalizaba actuando en el Ali Bar.

La lista se alarga con clubes muy visitados como el Palermo, Alloy, Pennsylvania, Sierra, La Campana, Night and Day, Las Vegas, Panchín, Rumba Palace, Bolero Bar, Topeka, La Rue 19, Habana-Madrid Night Club, Habana 1900 y La Red, dónde se lucía la que más tarde sería una colosal estrella conocida en el Mundo enteró, la excepcional, La Lupe.

Los que buscaban otras emociones se dirigían hacía Marianao, un poco más allá de Miramar, en la zona de la playa, donde aparte del balneario, se encontraban clubes nocturnos, casas de juego y bares, había lugares humildes como el Kiosko de Casanova, El Niche, El Ranchito, La Taberna de Pedro, Los Tres Hermanos y La Choricera, un sitio rústico, con piso de tierra y mesas de madera sin pintar, regenteado por el timbalero El Chori, allí se ofrecían espectáculos con tambores batá que atraía a los turistas extranjeros, como el actor norteamericano Marlon Brando, los mexicanos Agustín Lara, Toña La Negra, María Félix, los también estadounidense Gary Cooper, Ernest Hemingway y Errol Flynn y hasta la vedette Josephine Baker.

De aquella época no puedo terminar está reseña sin referirme en forma especial a dos voces femeninas que impactaron, cada una a su manera, las noches habaneras, la ya mencionada anteriormente La Lupe y Freddy, la primera actuando siempre casi al borde de un ataque de nervios, en la que ni el pianista acompañante ni la pared del local del club La Red, quedaban excluidos de sus dramáticos espectáculos. La segunda una gorda inmensa, única, majestuosa, con una interpretación más tranquila y por tanto más íntima. Ambas sirvieron de inspiración y son mencionadas pasando dentro de la gran literatura universal como icónicos de la música cubana, narrado por el eminente escritor cubano Guillermo Cabrera Infante en su libro «Tres Tristes Tigres».

De sobra sé que me quedó corto, en esa otrora suntuosa Habana hoy inexistente, estuvieron otros muchísimos lugares, quizás más especializados, otros menos notorios y famosos, donde se podía ir a oír música, ver a intérpretes cubanos o bailar, siempre tenías la posibilidad de elegir lo que deseabas hacer para intentar ser completamente ¡ FELIZ !….

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