El mito de Carlos Baliño

Desde Fidel Castro hasta el último mequetrefe que allá se ocupa de acercar Martí a Marx, destacan su amistad con Carlos Baliño. Siguiendo lo escrito por Armando Hart; aquí dice Valdés Vivó:

Martí decía anhelar una República de trabajadores, elogiando en Carlos Baliño, dirigente de los obreros tabaqueros emigrados a Estados Unidos, a uno de sus heraldos. Al unirse a Mella para fundar el primer Partido Comunista de Cuba, Baliño demostró ser merecedor de los elogios martianos.

Son también esas palabras un tejido de disparates y mentiras: jamás Martí dijo que quería “una República de trabajadores”, y jamás fue Carlos Baliño “dirigente de los obreros tabaqueros emigrados a Estados Unidos”, y menos “uno de sus heraldos”; y decir que el aprecio de Martí por Baliño, cuando éste era un fervoroso anarquista, lo merecía porque treinta años más tarde, renegado de sus ideas, se unió a Mella para fundar el primer partido comunista de Cuba, no es menos que una tontería.

El aprecio de Martí por Baliño se debía a lo que entonces era, no a lo iba a ser. Y conviene recordar que sólo en una ocasión publicó Martí algo de Baliño en Patria: fue su discurso del 10 de Octubre de 1892 en el que citó con elogio, fiel a sus creencias, a Dyer Lum, confidente de Robert Parson, ajusticiado con los otros anarquistas de Chicago; al anarquista español Pedro Estévez y al alemán Justus H. Schwab, fundador del Club Revolucionario de Nueva York, semejante al de August Spies en Chicago; a Giuseppi Fanelli, el anarquista italiano que fundó en España la Alianza Internacional de Trabajadores; y al más importante de todos, al ruso Bakunin, fundador del Movimiento Anarquista Internacional.

En tiempos de Martí, dos Clubs fundó Baliño, de los que fue presidente, y llevaban el nombre de conocidos anarquistas: el “Fermín Salvoechea”, por el activo sedicioso de Cádiz que en la época en que nacía en Cayo Hueso el Partido Revolucionario Cubano tomó la ciudad de Jerez auxiliado por los campesinos anarquistas de Andalucía, y el “Enrique Roig”, el más prestigioso anarquista de Cuba, propietario y dirigente del periódico El Productor. Y cuando en 1894 se constituyó Martí City, en la Florida, cerca de la ciudad de Ocala, por unos treinta cubanos que allí se establecieron, Baliño, no logró la alcaldía, ni el cargo de secretario, o de tesorero, o de alguacil, sino que tuvo que conformarse junto a otros cuatro que fueron elegidos, con el cargo de concejal (Alderman).

También con otros veinticinco cubanos de Cayo Hueso, Baliño estuvo en la Asamblea en que se discutieron las Bases del Partido Revolucionario Cubano a principios de 1892. Y, a pesar de las tres o cuatro veces que Martí habló en Patria con elogio de Baliño, no se sabe que tuvieran mayor contacto después de abril de 1893. Y a pesar de las valentonadas de Baliño antes de esa fecha, estuvo perdido en 1895 y no fue a la guerra.

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