InicioTodoJosé Manuel Cortina García. Político, diplomático, filósofo, periodista, pensa

José Manuel Cortina García. Político, diplomático, filósofo, periodista, pensa

José Manuel Cortina García.

Político, diplomático, filósofo, periodista, pensador y escritor pinareño. Estuvo involucrado en cada uno de los temas que salieron a la palestra pública en la recién fundada república, desde 1902 hasta su exilio.

La familia Cortina siempre estuvo involucrada en la labor política, jurídica, intelectual y agrícola de la isla. Siendo su padre, don José Antonio Cortina, un renombrado abogado, de ascendencia vasca, fue miembro de las Cortes (Parlamento Español) por la provincia de Cuba, y llegó a fundar el importante periódico quincenal Revista de Cuba que en el siglo XIX tuvo amplia difusión por todo el archipiélago cubano. La familia de José Manuel Cortina García le legó dos inmensas propiedades o latifundios, una en Arroyo Naranjo y la otra en Pinar del Río, mientras conservaba a título familiar una tercera propiedad ganadera en Camagüey.

En el año 1898, en que las tropas españolas se retiran de la isla cediendo sus cuarteles a las norteamericanas, José Manuel Cortina García, se graduó de bachiller en la prestigiosa escuela de los jesuitas en La Habana, El Real Colegio de Belen, y cinco años después, en la Universidad de La Habana, se recibió como abogado, siendo el comienzo de su carrera profesional en el año de 1903. Después de graduarse en leyes, José Manuel Cortina no renunció a la vocación periodística que su padre le transmitiera con el ejemplo de la Revista de Cuba; y se afanó por publicar en los diarios y revistas que aceptaban sus trabajos: Diario de la Marina, Democracia, El Mundo, La Lucha, La Revista de Derecho y La Nación fueron entre otras las publicaciones con las que colaboró asiduamente. Ya en la década de 1950 fue nombrado miembro del Consejo Editorial del Diario de la Marina y en este periódico trabajó junto a personalidades de la cultura cubana como Juan Marinello, Nicolás Guillén, Medardo Vitier, Ramiro Guerra, Jorge Mañach…

A lo largo de su vida, José Manuel se casó tres veces y tuvo siete hijos. Fue un hombre muy entregado al amor de sus hijos y, en cierto modo, un romántico empedernido que terminaría sus días junto a la mujer que fue su primer amor adolescente. Para José Manuel Cortina la oratoria era cosa natural. Sus muchos conocimientos y sus sólidas opiniones personales se vertían en forma discursiva con mucha bizarría, así fue como, en la Constituyente de 1940, donde sirvió como Presidente del Comité Coordinador, logró consolidar las opiniones del resto de los delegados en el tema de la Enmienda Platt de la cual era enemigo acérrimo y así esta quedaría abolida de la Ley Fundamental cubana. Tiempo antes, en el año de 1908, con sólo 28 años, muy joven para la época, había sido elegido miembro de la Cámara de Representantes, siendo muy agudo en sus críticas a los vicios gubernamentales del momento, proponiendo soluciones osadas a los problemas nacionales, y luego de la caída de Gerardo Machado, había sido uno de los principales promotores de la idea de convocar a una nueva Asamblea Constituyente:

“Debe tomarse la Constitución cubana y el régimen cubano en su integridad y, con vista a las claudicaciones pasadas y los vicios en que más frecuentemente hemos incurrido, modificarla, incorporando en ella las garantías que reclama el pueblo y señalando soluciones para las posibles crisis del futuro.”
Fue él, sin dudas, uno de los más grandes oradores cubanos. Aunque sus principales ocupaciones, el periodismo y la política, delinean bastante bien su perfil.

Diplomático
En el año de 1925, como Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado Cubano, fue delegado de Cuba a la Sociedad de Naciones (antecedente de la Organización de Naciones Unidas, [O. N. U.]) en París. Ya en 1927 trabajaba a tiempo completo en la Sociedad de Naciones en París. Su desempeño le valió para ser Ministro de Relaciones Exteriores en dos ocasiones, bajo dos presidentes diferentes, en los años de 1936-1937 con Alfredo Zayas y regresaría en 1940 hasta 1942, en la primera presidencia de Fulgencio Batista y Zaldívar.

Salida de Cuba
A principios de la década de los 60, José Manuel Cortina y familia, temerosos de los nuevos tiempos iniciados con la Revolución Cubana se exiliaron, como la mayoría de los miembros de la burguesía y la élite intelectual cubana, en los Estados Unidos, donde José Manuel Cortina fue considerado un intelectual moderado.

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