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Escuchando a Marta Valdés, en su casa.

Escuchando a Marta Valdés, en su casa. De izquierda a derecha: Vicentico, Marta, Giraldo Piloto Bea y Rosendo Ruiz Quevedo.

En el caso de Marta Valdés, le graba en 1957 su bolero En la imaginación que sale a mercado el año siguiente. “A mí, recién nacida al mundo de las canciones, –escribiría la Valdés- me tocó gozar del privilegio de recibir un buen día, orquestada por René Hernández, arropada entre flautas y violines sazonados por los solos de piano de ese gran músico, la primera grabación de una composición mía, puesta en la voz enorme del gran Vicentico. Finalizaba el año 1957; igual suerte –a la par de las más recientes piezas de mi amigo Piloto- corrieron algunas otras de mi naciente producción, ahora seleccionadas por el propio intérprete, de visita en su tierra y sentado delante de mí en el rincón de trabajo que las vio nacer (…).”[21]De Marta Valdés, Vicentico grabaría, además, Tú dominas, Llora, llora; Deja que siga solo, Vuelve en ti, Tú no hagas caso, Tengo, y el gran clásico suyo: Con tus palabras. Vicentico bolerista instaló su popularidad en Cuba de la mano de Piloto y Vera, y de Marta Valdés, y fueron la radio y la victrola quienes democratizó los textos brillantes y profundos, y el sonido increíble de los boleros que ellos creaban. Sencillamente, los hizo imprescindibles a la hora del amor y el desamor.

Fuente: http://www.desmemoriados.com/el-ultimo-cafe-con-vicentico/

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