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Cepero Brito.

Cepero Brito.
José Antonio Cepero Brito. Una de la figuras insignes de la televisión cubana. Su desempeño como locutor y animador lo llevaron a la cima de las grandes personalidades, de la radio y televisión. Es considerado un locutor excepcional y sin límites.
Nació el 21 de mayo de 1918, en Manacas, Villa Clara, Cuba.

Trayectoria laboral
Aún adolescente y durante tres años fue fogonero de locomotoras en el Central Washington, para más tarde desempeñarme como oficinista en el Ingenio Estrella, en Camagüey, hasta que dos años después, en 1939, viaja a La Habana en busca de nuevos horizontes y trabaja como técnico de placas de acumuladores, a la vez que se va introduciendo en las emisoras de radio chiquitas, haciendo suplencias.

Inicios en la locución
Su nombre forma parte del patrimonio de la radio nacional, a la que llega en 1939 para engrosar las filas de los llamados anunciadores – porque se limitan a leer anuncios comerciales y presentar números musicales. Cuando en septiembre de 1940 la profesión adquiere personalidad más definida y se establece el título oficial de locutor de radio, José Antonio Cepero Brito es el primero que accede a examinarse y al ser aprobado, se le otorga el título, no se sabe por qué, con el número cinco.

Locutor y animador
El gran momento que lo ubica definitivamente como locutor y animador llega el 19 de diciembre de 1945 cuando lo llama una de las emisoras más importantes de la época, la CMQ de Monte y Prado, que lo establece en una plaza fija como locutor exclusivo. Por su validez como locutor asume con calidad depurada las distintas facetas de la profesión, lo mismo locutor comercial, que narrador de novelas, locutor de noticieros, moderador de paneles y una donde se distingue sobremanera, la de Animador. Una de sus características que recordamos es la cantidad de anécdotas que de forma jocosa siempre tiene a flor de labios.

CMQ.televisión
Cuando surge de forma experimental CMQ televisión, el 18 de diciembre de 1950, se convierte en uno de los fundadores, aunque después por algún tiempo sólo se dedica a la radio, porque los dueños del Circuito CMQ querían que hiciera ambas labores por un mismo salario. Tiempo después lo vuelven a llamar y acceden a su justa demanda. Como le dice al periodista Tony González Martín en una entrevista que publica la Revista Bohemia el 27 de mayo de 1988: «Eran tiempos en que había que imponerse a base de calidad y uno tenía que exigir muy bien sus derechos, porque además si enfermabas o perdías condiciones, quedabas en la calle y no tenían las garantías de las que todos gozan».

Anécdotas
Siempre afirmaba que era el primer artista de la familia, para enseguida soltar el cascabel de esa espontánea, contagiosa y característica risa, al decir de Enrique Núñez Rodríguez, «un hombre que usaba una guayabera por dentro». Cierta vez en que animaba un espacio pagado por una firma de café, ocurrió que a fin de año los dueños le enviaron como «regalo» dos paquetes de su producto. Ante tamaña ridiculez, se los devolvió con una nota donde les manifestaba que él lo anunciaba, pero que no lo tomaba, pues prefería otro de superior calidad. Se insultaron y reclamaron ante la emisora. Lo sacaron del programa, pero sus ventas comenzaron a decaer y pidieron que volviera. Exigió el doble del salario, ni un «kilo» menos y aceptaron. Cuando regresó una compañera le preguntó por qué cobraba el doble que ella. La respuesta fue sencilla, «Tú tomaste café y yo no».
Entre los programas que cuentan con su animación depurada, culta, elegante y alegre, ocupan un lugar cimero en el recuerdo del pueblo, su “Detrás de la fachada”, al decir de Cepero Brito, fue su programa más popular, el que lo ubicó en el corazón de la gente y el que le dio la posibilidad de trabajar al lado de la excelente animadora y amiga, Consuelito Vidal y el programa Escriba y Lea, el más querido, del que fue fundador, el que más lo obligó y enseñó, y porque entre tan prestigiosos panelistas siempre se sintió muy bien. Dentro de sus locuciones más significativas, admitió, que se sintió muy honrado, cuando tuvo el alto honor de compartir la animación de la Gala esperando el 26 de julio en Camagüey en 1977.

Trayectoria pedagógica
Seguidamente ofreció su magisterio, que lo ubica entre el selecto grupo de profesionales de las voces más importantes del país. «La locución depurada– según Cepero – se puede lograr con buena voz, dicción y técnica, sin embargo la animación es otra cosa, hay que tener agilidad mental, no se puede descuidar el estudio sistemático, porque se requiere de una cultura amplia, buen nivel de información, ser capaz de asumir cualquier situación sin un guión y hacerlo mejor que si estuviera escrito. La animación es el escalón más alto de la locución y de la actuación». Al preferir y elevarse hasta ese estadio, José Antonio Cepero Brito integra la trilogía de los irrepetibles junto a Germán Pinelli – el animador cumbre – y Consuelo Vidal. Figuras que coinciden en el tiempo para juntos hacer brillar las ondas radiales y la pantalla de los televisores y perpetuarse en el corazón de su pueblo.

Muerte
Falleció el 20 de julio de 1989, Ciudad de la Habana, Cuba.

Publicacion de nuestro amigo Rey González

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