<< AL DOCTOR ULPIANO DELLUNDÉ (1895) >>
No hay pena cual la de amar
A un pueblo solo y cautivo,
Que vive, clavado vivo, A lo lejos de la mar:
¡Ni sé de alivio mayor Al corazón que se abrasa,
Que el sol y el café en la casa
De la amistad y el amor.